‘ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria (…)’ delimita a las claras por dónde van a ir los tiros. De los tres puntos que establece como consecuencia de la “decisión” tomada, dos de ellos son ilustrativos:
– ETA da por concluida toda su actividad política. No será más un agente que manifieste posiciones políticas, promueva iniciativas o interpele a otros actores.
– Los y las ex-militantes de ETA continuarán con la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patriarcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre.’
Y esclarecedores. ETA desparece -esperemos- como organización armada. Cesa su actividad política con dichas siglas, pero no renuncia a la actividad política como tal. Seguirá, aunque por otras vías, manifestando posiciones políticas, promoviendo iniciativas e interpelando a otros actores. ¿Cómo? Por medio de Euskal Herria Bildu, sus formaciones componentes-coaligadas-aliadas-satélites como Sortu o Amaiur, la Izquierda Abertzale, y ese gran aliado en el Parlamento español que es PODEMOS (Pablo Iglesias ya fue explícito a este respecto, VÉALO AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?v=kpBqUPXH9cU). Legalizadas porque el PSOE quería ganarse el voto de los nacionalistas ante el desastre zapateril, y con la acostumbrada cobardía del PP en estos asuntos que, como en Cataluña, siempre espera a verlas venir para atajar el asunto de la manera que más le pueda beneficiar. Tampoco renuncia ETA a sus objetivos, esto es, un Estado Independiente Vasco bajo el régimen de una Dictadura Comunista, en coherencia con su ideología marxista-leninista (‘reunificada, independiente, socialista…’).
Lo que ocurre aquí es que se dieron cuenta hace años que eso de matar y extorsionar quizá no fuese un buen negocio y que, ante el cambio de escenario y la presión policial, sólo les quedaba una salida. No es coincidencia, tengamos esto muy presente, que esta “disolución” haya tenido lugar ahora, después del intento secesionista de Cataluña, y no poco después del anuncio del abandono de la lucha armada allá por 2011. Con ese hombre de paz que es Arnaldo Otegui espoleando a los nacionalistas catalanes, valencianos, baleares y del resto de España a la ruptura con el Estado de Derecho, nadie puede ser tan ciego como para no ver que si optan por esta farsa de la “disolución” es porque quieren aprovechar la marea de nacionalismo de la que se está contagiando peligrosamente el regionalismo para impulsar la independencia del País Vasco. Piensan que los Nacionalistas Catalanes han llegado más lejos con Golpes de Estado parlamentarios que ellos con una bala en la nuca. Están equivocados porque, si la felonía de este gobierno no lo impide, su resultado será siempre el mismo: la puesta a disposición de los Tribunales de Justicia. El Estado de Derecho siempre frente a la barbarie y el asesinato. Nada de ‘Lucha Armada’.
‘Materializar el derecho a decidir para lograr el reconocimiento nacional será clave. El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco.’ Ellos mismos lo dicen abiertamente (LEA el comunicado íntegro AQUÍ: http://estaticos.elmundo.es/documentos/2018/05/03/declaracion_ETA.pdf). Lo que tiene que ocurrir ahora es que los gobiernos francés y español cooperen más estrechamente si cabe de lo que lo han hecho ahora, para detener a todos los terroristas, sentarlos en el banquillo e incautar todas las armas. No piensen ahora que esto es una re-edición del ‘Abrazo de Vergara’ (1839), de la Paz de Zanjón (1878) ni del Convenio de Amorebieta (1872). No es la paz tras una guerra civil, aunque los etarras sin duda quisieron darle ese carácter a sus matanzas. Se trata de la desaparición y el desarme unilateral de una banda de asesinos, y de la detención de sus miembros, colaboradores y auxiliadores. Por mucho que venga ahora Kofi Annan a poner buena cara. Sólo faltaría que la cosa quedase en ‘bueno, aquí no ha pasado nada, ¿eh? Sin rencores y a otra cosa. Mariposa’. La tarea a la que se enfrentan ahora las víctimas del terrorismo y todos los españoles en su conjunto es que esto no sea así. De nosotros depende.
Pablo Gea