ETA y La Camorra

Publicado el 30 septiembre 2011 por Cronicasbarbaras

Este último domingo se veía en las televisiones el recibimiento con cánticos y vivas patrióticos de una enorme muchedumbre de napolitanos a la llegada del capo de la Camorra Angelo Cuccaro, salido de prisión tras cumplir varias condenas relacionadas con diez asesinatos.

Exactamente igual que aclaman en Euskadi a tantos etarras tras pasar por la cárcel. Cuccaro se parece bastante al diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, de Bildu, aunque no lleva pendientitos.

Iba lentamente por el barrio de Barra en un Rolls-Royce descapotable blanco entre el gentío mientras una trompeta interpretaba su Eusko Gudariak, la música de “El Padrino”.

Agitaba los brazos, emocionado por el afecto de sus conciudadanos, que a grandes gritos exigían “¡Libertad y Dignidad!” para todos los patriotas de Barra.

Bajó del coche ante el Gigli, obelisco de 25 metros altura símbolo de virilidad construido con pesados troncos que, antiguo deporte rural, una vez erguido lo hacen saltar rítmicamente sus porteadores, decenas de mozos forzudos.

Para ver lo anterior, pinche aquí y vea hasta el final las dos páginas del medio italiano y el vídeo con el que informó de la noticia.

A unos 1.800 kilómetros de distancia está Euskadi, España, donde en nombre de otra patria similar pululan personajes que son espejo de esos barrios napolitanos controlados y acobardados por la Camorra.

En el momento que el padrino Cúccaro abrazaba a uno de los suyos, otro mataba a un hombre en el barrio de Secondigliano, a 15 kilómetros de allí.

En el País Vasco ETA y la Camorra local, sus apoyos populares, no fusilan actualmente, pero tras casi 900 asesinatos mantienen sus intimidaciones camorristas.

Si se legalizara la Camorra, que sólo es una sociedad benéfica de protección entre vecinos de un territorio, como se legalizó en España Bildu, y quizás Sortu próximamente, formarían grupo parlamentario.

Cuccaro y Asociados representarían a unos honrados camorristas abertzales que, como se dice de los proetarras, son tantos que no pueden ser todos malos.

 
El Giglio y sus mocetones

 

Uno de los Angelo Cuccaro de Euskadi,

 

Quieren recibirlos como a héroes

 

Nuestra Camorra

 
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Ahora, en tiempo preelectoral, SALAS