El descenso del cordón umbilical por la vulva (conjunto de los órganos sexuales primarios externos de la mujer) tras el nacimiento, es una indicación de que se está produciendo el desprendimiento final de la placenta, a medida que el cordón va descendiendo, más avanza la placenta fuera de la cavidad uterina. El movimiento natural del cordón umbilical proporcional al descenso de la placenta se denomina signo de Ahlfeld, aunque hay que decir que también se trata de un signo presuntivo del embarazo, una serie de contracciones irregulares del útero tras el tercer mes de gestación.
El desprendimiento de la placenta se puede producir de dos formas distintas, una es la denominada Baudelocque-Schultze, la forma más habitual de desprendimiento que se produce en el centro de la unión entre el útero y la placenta, sucede en casi el 95% de los casos y suele ocurrir cuando la placenta se localiza en las regiones más altas del útero. En el punto indicado se forma un hematoma que empuja la placenta y al descender arrastra consigo las membranas.
En el 5% de los casos restantes el desprendimiento se inicia al desgarrarse la placenta por los lados del punto de unión entre placenta y útero, la presión uterina provoca la expulsión por el mismo borde o por la cara materna de la placenta, esta forma o mecanismo se denomina Baudelocque Duncan y ocurre generalmente en aquellos casos en los que la inserción placentaria se encuentra en el segmento inferior del útero.
A medida que la placenta desciende, las contracciones uterinas se suceden, algo que facilita que los vasos terminales del miometrio que pierden su utilidad tras el parto, se compriman. Este proceso se denomina ligaduras vivas de Pinard y tiene como cometido el control de la metrorragia, es decir, una hemorragia en el útero. En principio esta sería la última fase del parto, como ya hemos comentado, la primera es el proceso de dilatación, la segunda la expulsión y el alumbramiento sería la última.
Sin embargo, hay quien considera que existe una cuarta etapa del parto que correspondería a la recuperación inmediata o puerperio inmediato, ésta finaliza al cabo de dos horas de concluir el alumbramiento, básicamente es la estabilización de los signos vitales, aparición del hambre, la sed y el sueño, etc. Durante este periodo la madre y el recién nacido deben estar juntos a fin de favorecer el inicio de la lactancia y para mayor tranquilidad y seguridad de ambos.
Como podemos comprobar, durante el parto se desencadenan varios mecanismos que garantizan que todo se desarrolla según lo esperado.
Foto | TomHiggins
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Etapas del parto: Alumbramiento