ETBRadio, una interesante apuesta de radio en línea

Publicado el 13 abril 2011 por Solano @Solano

La semana pasada, o tal vez la anterior, ‘descubrí’ un nuevo proyecto que mezcla dos ámbitos que siempre me han atraído mucho: La Radio e Internet. Los dos mundos ejercen una poderosa atracción en mí por la inmediatez, por el lenguaje y su capacidad de penetración.

ETB, una empresa muy cuestionada por su servicio al cliente, pero a la vez heredera de una larga historia desde que hacía esa telefonía artesanal por hilos de cobre con una operadora intercambiando clavijas entre números de solo cuatro dígitos, es la misma que hoy desde su Programa de Masificación de TIC.

Hacer radio tiene ese encanto de vestir lo que se cuenta con el ropaje de la palabra. Por eso los primeros hitos anecdóticos que se recuerdan de la radio en Colombia siempre traen a colación los relatos fantásticos y fantasiosos a la vez de lo que hacía Julio Arrastía Bricca, el argentino que se quedó en la radio colombiana durante décadas y que hizo de la Vuelta a Colombia, un carnaval de historias asombrosas. Para llenar el vacío en las transmisiones inventaba, literalmente, gestas épicas entre Efraín ‘El Zipa’ Forero, Ramón Hoyos y José Beyaert atravesando riachuelos con la bicicleta al hombro (lo cual si tuvieron que hacer muchas veces los ciclistas…).

La radio en Colombia ha dado giros importantes en los últimos años y se ha convertido en una industria muy poderosa, pero por fuera de esos circuitos nacen proyectos interesantes y valiosos de radio comunitaria que los hay por cientos a lo largo de la geografía. O de otros ensayos on line increíbles y de buena factura local como Radio Coscorria.

Hoy traigo a colación esta apuesta de la ETB, (ETBRadio) porque me llama la atención que en lugar de estar solamente con mensajes invasivos y obvios para publicitar la oferta de paquetes de datos y voz, se atreve a hacer una estación completa para la que contrata jóvenes periodistas y le suena la idea de dar noticias, casi todas del mundo de la tecnología y las combina con música en distintos géneros.

Como la he venido oyendo en distintos momentos del día, valoro mucho que se han esforzado por interactuar bastante con los oyentes-navegantes, una mixtura en el consumo de los medios que se facilita en esa plataforma. La sala de chat les permite leer sugerencias y la webcam instalada en su cabina, desnuda la intimidad del misterio sobre los rostros de la gente que hace radio. Y han hecho algo inteligente a mi modo de ver: Han comenzado por complacer los gustos musicales, vengan de donde vengan. A menudo se oye reguetón porque es quizá lo que más le piden los asistentes a los telecentros, pero no tienen inconveniente con combinar eso con muestras del rock de vanguardia que a esta hora se esté lanzando en Berlín

La semana pasada, el viernes, pusieron una tanda de salsa y coincidencialmente comencé a pedir canciones, y como si fuera una de esas emisoras de pueblo en las que todos se conocen con todos, me respondían por el nombre y daban espacio a las complacencias. Es ese tufillo artesanal el que quizá se ha perdido en las grandes cadenas, con contadas excepciones, porque la pauta publicitaria y el estrés del reloj obliga a productores a prefabricar demasiado los programas.

Ese mismo viernes, antojado de seguir oyendo salsa ya que tenía que irme (luego descubrí que tienen una versión para escuchar desde el telefóno móvil), pero sobre todo interactuando con quienes del otro lado me respondían sugerí que quizá sería lindo ir como invitado a poner salsa y comunicarme con los oyentes desde el estudio. Para mi sorpresa, así fue. Ese mismo día por mensajes internos nos pusimos de acuerdo y el próximo viernes 15 de abril estaré entre 1:30 p.m. y 3:00 p.m. compartiendo y aprendiendo (los invito a escuchar el programa que no ha sido libreteado y todavía muy bien qué es lo que vamos a hacer ). Un escenario así me parecía imposible hace unos cuatro o cinco años.

La radio, entonces, está cambiando todavía. Evoluciona a pasos agigantados y me parece meritorio que estas empresas le apuesten a hacer radio hablada, colaborativa y en la que el receptor genera contenidos y hasta participa en la selección de la agenda. Por supuesto todavía tienen que corregir algunas cosas, pero este naciente ejercicio merece mi respeto por el desafío de la convergencia de tecnologías y talentos para lograr ofrecer una programación básica, pero que acompañe al usuario.

Luego les contaré cómo me fue de improvisado DJ.



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