Tras los hechos ocurridos en Tres Profecías, Dorian debe afrontar su condición de Íroas; como hijo de Zeus tiene una misión que cumplir, pero no puede desligarse del sentimiento hacia su hija Agneta y de conocer la verdad sobre su padre.
La unión de los cuatro elementos de la naturaleza: Aire, Fuego, Agua y Tierra podría derrotar a los atlantes. Pero el hallazgo de un quinto y misterioso elemento, el éter, podrá desequilibrar la batalla entre los atlantes y los dioses olímpicos.
Bilogía Íroas. Hijos de los dioses1. Tres profecías 2. Éter
Creo que la principal diferencia entre Éter y Tres profecías es que en esta segunda parte la información se lleva mucho mejor. No me importa aprender cosas mientras leo pero por favor, que estén bien incluidas en la trama. En este caso Nogués lo ha conseguido y el resultado es una novela mucho más amena que su predecesora. A lo mejor es que la trama se centra más en ciertas cosas y por ello no resulta TAN confusa como su antecesora, a lo mejor es que la trama era mucho más interesante, qué sé yo. El caso es que en esta ocasión, aunque no era la octava maravilla, sí que estaba centrada en la novela y me resultaba más o menos entretenida.
Los personajes han vuelto a no caerme nada bien, me parece que no están desarrollados correctamente y que no sabemos gran cosa acerca de las motivaciones de cada uno... además de que hacen estupideces una tras otra, parecía que les gustaba. Eso sí, el protagonista, que en el primer libro era AJ, pasa a ser un poco más soportable. Es el único cuyos intereses conocemos del todo y la verdad es que al ser más reservado, por decirlo así, la convivencia con él es mucho, mucho más cómoda. No todo podía ser malo :P
En cuanto al autor, es aquí donde he notado la diferencia más notable. Aunque sigo diciendo que el libro no me ha gustado, sí que se nota cierto cambio en el autor. No digo que sea mejor o peor sino que se le nota más soltura a la hora de narrar los acontecimientos, a la hora de conectar unas cosas con otras y en definitiva a la hora de contar la historia. Es más que posible que gracias a esto la lectura no se me haya hecho tan cuesta arriba, porque como ya he comentado más arriba los datos que nos cuenta (que en este caso no son tan “los hombres luchaban desnudos en los Juegos Olímpicos” xD) están mucho mejor integrados en la historia.
Sin embargo y a pesar de todas las cosas que he comentado arriba, el libro no me ha gustado apenas. Sí que he notado una mejoría con respecto al primero pero es que, sin ánimo de ofender, eso no era tan difícil. El caso es que así y todo, Éter tiene muchas carencias, como por ejemplo los diálogos, que son muy poco realistas. Eso es algo muy importante para mí, que haya un cierto realismo en la construcción de los personajes y en todo lo que estos hacen y dicen... algo que no he notado. Muchas cosas me parecían forzadas, llevadas a trasmano, y eso que no os he hablado de las conversaciones entre atlantes. No es un libro que recomiende, ni este ni la bilogía en general, porque la verdad es que no me ha resultado una lectura agradable. Ni desagradable, dicho sea de paso; simplemente muy anodina, una historia con bastante potencial pero que se me queda a medias. Una pena porque la verdad es que con esta novela (cierta parte transcurre en Egipto) el autor podría haberme ganado, pero supongo que cuando no se conecta ni con los personajes ni con nada, esto es difícil.
Éter cierra una bilogía que en mi caso no ha triunfado. Floja, con unos personajes que no me han gustado y una trama que mejora pero sigue sin ser interesante, esta novela me ha resultado totalmente anodina. No niego que leería alguna otra cosa del autor pero en lo que a mí respecta la historia de los íroas está mejor acabada.