Ética de roedores xxxiii: falsos dinosaurios

Publicado el 31 octubre 2014 por Cerebros En Toneles
    La escisión de los roedores se produjo cuando algunos quisieron ser los mejores, los más parecidos a los dinosaurios. Idearon mil formas de parecerse a esos bichos grandes y pesados. Y lo consiguieron. Surgió un grupo de roedores que se comportaban como dinosaurios. Con sus patitas golpeaban el suelo, como si fuesen horribles pisadas de dinosaurios. Los demás roedores se acobardaron al principio, porque no disponían de esas habilidades de dinosaurio. Pronto surgieron los que vendían habilidades de dinosaurio. Y el que no podía pagarlas era excluido, sin miramientos, por debilidad, porque sí. Los roedores-dinosaurios comenzaron a criticar a los malditos roedores por ser sólo malditos roedores, y punto. Mientras, los verdaderos dinosaurios se dedicaban a disfrutar de sus privilegios de grandes bichos, ya que del trabajo sucio se encargaban los roedores-dinosaurios. Jamás pensaron los viejos dinosaurios que iban a recibir semejante ayuda de los pisoteados roedores. Y en algunas zonas boscosas, los roedores se devoraron entre sí, sin piedad. Hasta los grandes dinosaurios se asombraron ante tanta vileza, tanta crueldad. Entonces, los roedores a secas, los de siempre, los que son pisoteados por los verdaderos y los falsos dinosaurios, lloraron, durante jornadas enteras, lloraron.