Etología para curiosos naturales

Por Naturalezadesiero
Para las aves el cuidado de su plumaje es algo de vital importancia. Deben estar limpias, secas y bien colocadas ya que si no la capacidad de vuelo se ve afectada. Y si no vuelan bien, no se puede huir de depredadores, no se puede acceder a las zonas de alimentación, no se puede migrar... En definitiva, un plumaje en mal estado significa la muerte en muchos casos.
En la naturaleza existen las llamadas "pautas de acción modal". Sin entrar en tecnicismos, diremos que son secuencias de conducta que todos los individuos de una especie realizan de la misma manera. El cuidado de las plumas es una de estas pautas de acción modal.
La Espátula (Platalea leucorodia) es una ave migradora que se alimenta filtrando el agua y fango de rías y marismas. Como casi todas las aves, posee una glándula en la base de la cola (glándula uropigial), cuya función es producir un aceite que sirve para impermeabilizar las plumas. De ahí que se pueda permitir darse baños para su limpieza. Este aceite hace que el agua no llegue a empapar al ave (de hecho, si rociáramos las plumas con un spray veríamos que las gotas de agua no llegan a mojar al ave).
Sobre el Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo) hay diversidad de opiniones, de forma que quien opina que poseen glándula uropigial relatan su escaso uso por el cormorán, y quien opina que no posee dicha glándula usa este hecho para explicar la forma de secarse de este ave. Es tentador pensar, que con glándula o sin ella, el hecho de alimentarse mediante la pesca con buceo, pueda provocar que el ave llegue a empaparse completamente y necesite "algo mas que aceite" para secarse completamente. En fin, discordias aparte, el caso es que "lo habitual" es observar a los cormoranes secándose con las alas extendidas fuera del agua, al aire y al sol (¡eso si una espátula poco espática no decide darse un baño a su lado!)