En el artículo de la semana pasada hablamos sobre los experimentos del doctor Josef Mengele con sus cobayas humanas. No obstante, y aunque el caso nazi haya sido el más sonado, nuestros detectives de la historia han encontrado otros casos previos de “higiene racial”.
Hoy trataremos el caso de Estados Unidos, donde hasta 1970 (en treinta tres estados), se sometió a esterilización forzada a 65.000 personas, para mejorar los rasgos hereditarios de la sociedad estadounidense. La víctima “más famosa” de este proceso de profilaxis social provenía del estado de Virginia en 1924 y se llamaba Carrie Buck.
Antes de sumergirnos en la historia de esta adolescente, aclararemos uno concepto que, a nuestro entender, es clave: la eugenesia.
Este concepto fue creado por el científico británico Sir Francis Galton a finales del siglo XVIII. Se basaba en utilizar las técnicas de selección genética que en ese momento se usaban con los caballos pura sangre para crear una clase de personas que no tuvieran rasgos inferiores. El estudio de Galton le llevó a considerar “al enfermizo, al desesperado, al incompetente” una amenaza para el bienestar de la sociedad a causa de su tendencia a engendrar muchos hijos enfermos y miserables.
Habría que alentar a las clases altas a que tuvieran más hijos mientras que las bajas tendrían que ser persuadidas u obligadas a tener menos.
Bajo el paraguas de la eugenesia, se promulgaron leyes que impidieran tener descendencia a los “degenerados”. De esta manera, en 1898, en Michigan, se anunció un decreto de esterilización eugenésica en el que se establecía la castración de la totalidad de los internos del Asilo para Débiles Mentales y Epilépticos de Michigan. También para todos aquellos que por tercera vez hubieran sido condenados por traición.
En el mismo año de la promulgación del decreto de Michigan apareció un informe que describía el intento de controlar la conducta desviada (o socialmente molesta, dañina, peligrosa) tratándola de enfermedad. Detallaba la esterilización terapéutica de veintiséis niños varones en Massachusetts. Veinticuatro de ellos habían sido operados a causa de la epilepsia y masturbación persistente, uno de ellos por epilepsia e imbecilidad y uno por masturbación con debilidad mental.
Esta lista de características en las que la herencia genética jugaba un papel crucial aumentó: Una ley de Nueva Jersey, en 1911, añadía, “debilidad mental, epilepsia, tendencias criminales y otros defectos”. La ley de Iowa (promulgada el mismo año), abogaba por el “asexuamiento de criminales, idiotas, etc”. Este artículo fue modificado y desmenuzado en “criminales, violadores, idiotas, débiles mentales, imbéciles, lunáticos, borrachos, toxicómanos, epilépticos, sifilíticos, pervertidos sexuales y morales y personas enfermizas y degeneradas”. Entre 1909 y 1928, veintiún estados decretaron leyes de esterilización eugenésica dedicadas a controlar la reproducción de desviados sociales.
Y llego Carrie Buck.
Esta chica es el paradigma de la “esterilización eugenésica”. Carrie Buck fue víctima de una ley de 1924 en Virginia que establecía la esterilización del débil mental.
La madre de Carrie, Emma la dio en adopción nada más nacer en 1906. Su vida transcurre con normalidad hasta que cumple los 17 años. Carrie es violada por un sobrino de la familia. El resultado es un embarazo. Sus padres adoptivos, John y Alice Dobbs, la internan en la “Colonia para epilépticos y débiles mentales de Virginia”, donde años antes había sido ingresada su madre por promiscuidad. Carrie, una chica normal fue encerrada para ocultar el escándalo que mancharía el apellido Dobbs.
El director de institución presentó una solicitud para que se le permitiera esterilizar a Carrie Buck con el argumento de que “era una amenaza a la reserva genética”. Carrie se negó a la esterilización y demandó a la institución. La Corte Suprema confirmó la ley de 1924 de esterilización. El juez Oliver Wendell Holmes estableció que “tres generaciones de imbéciles son suficientes” para justificar su esterilización la de su madre y hermanas.
Carrie fue sometida a esterilización forzada en 1927.
La historia no termina aquí. Durante la II Guerra Mundial, la clase media norteamericana cambia de rumbo. No obstante en 1963 se cuentan 22.000 nuevos casos. Las protestas de la Iglesia Católica y la labor de científicos como Barry Mehler (pionero en desacreditar a sus colegas pseusdocientíficos), son decisivas para poner fin a mas de medio siglo de eugenesia.
Destacaremos que, en 1982, el 48% de los norteamericanos se pronunciaba a favor de la esterilización de los enfermos mentales.
Bajo esta frase, se sentenció a muchas personas a no tener descendencia. La mayoría, mujeres, pobres y negras. Resulta interesante saber que Estados Unidos fue la primera nación de la época moderna donde se aplicaran este tipo de leyes y no la Alemania nazi.
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