Primavera, inicio de vacaciones y una tarde estupenda en la capital. ¿Podían pedir más estos alocados músicos catalanes para presentar su nuevo disco? Pues sí, que su público se entregara como siempre con cada una de sus canciones.
Y así fue. A las puertas de la Fnac de Callao, escenario de excepción, se agolpaban multitud de seguidores esperando para poder bailar al ritmo de la rumba fusión de los de Montcada. Jóvenes, y no tan jóvenes, comentaban con sus compañeros de fila el último show de La Pegatina al que asistieron, alababan las nuevas canciones o, simplemente, aguantaban pacientemente mientras disfrutaban de un buen trago de cerveza.
Tras algún que otro desvanecimiento y muchos cigarros y litronas, las puertas del paraíso indie-intelectual se abrieron para que, con una tranquilidad poco habitual en estos eventos, los fans fueran ocupando la pequeña sala donde La Pegatina nos esperaba.
Ese cubículo, reservado para pequeños conciertos acústicos y presentaciones de libros, se hizo pequeño para tantos que, como yo, nos impacientábamos por dar palmas y pegar saltos. Mientras los últimos iban llegando, aparecieron en escena Adrià y Romain que fueron recibidos con aplausos y vítores por todos los que aun seguíamos escogiendo sitio.
Tras una pequeña aproximación a Eureka, Adrià comenzó a explicarnos el motivo de nuestra presencia allí. Eureka, parafraseando a Pitágoras, es uno de los mejores descubrimientos musicales del grupo. Su nuevo disco, un regalo para nuestros oídos en el décimo aniversario de La Pegatina, sigue fiel a su estilo: mucha rumba, muchos bailes y mucha, y muy buena compañía. En esta ocasión, los catalanes se han visto arropados por colegas de profesión como Love of Lesbian o Esne Beltza, entre otros, con quienes entonan ‘Amantes de lo ajeno’ y ‘Ara ve lo bo’, respectivamente.
La Pegatina, para los que no los conocen aun, es un grupo de amigos que se juntaron, hace ya diez años, para hacer que su proyecto, su sueño, se hiciese realidad. Su música, mezcla de estilos donde la rumba tiene el papel protagonista, ha conseguido traspasar fronteras gracias a Internet. Adrià nos recordaba ayer, al hilo de la presentación, que la cultura es rentable y que, gracias a la Red, es posible hacer que dos vías antagonistas, como son las descargas gratuitas y la venta de discos físicos, se vuelvan compatibles. Precisamente, esa unión casi imposible, es uno de los logros más reconocidos del grupo que, tan sólo un mes después de lanzar su nuevo trabajo, ha conseguido que éste se sitúe entre los 50 más vendidos en nuestro país. Esto se debe, en gran parte, a su iniciativa de descarga libre a través de su página que acerca su música y la pone en boca de todo el mundo, haciendo inevitable que sus seguidores corran como locos a las tiendas en busca del álbum.
Una vez finiquitado el espacio promocional, el grupo siguió haciendo lo que mejor saben hacer y, a Adrià y Romain, se unieron el resto de la banda para proseguir con un concierto privado en acústico que de privado no tuvo nada. ‘La ciudad de los gatos negros’, ‘El curandero’, ‘Ara ve lo bo’ y ‘Lléname de veneno’ fueron algunas de las canciones que animaron a los presentes mientras los flashes de las cámaras alumbraban el escenario. [disfruta del streaming del disco aquí]
Uno de los momentos más reivindicativos y llenos de humor de la tarde tuvo lugar cuando le tocó el turno a ‘Olivia’, otro de los éxitos del disco. No ajenos al momento de crisis en el que nos encontramos, La Pegatina explicó los intríngulis de la canción: “Si cambiáis Olivia por clase política, entenderéis mucho mejor la canción”, añadió Adrià, el cantante.
El público, ya animado y con ganas de fiesta, siguió coreando al grupo mientras tocaba ‘Non è fácile’, el primer single de este nuevo álbum. Su estribillo, en italiano, hacía recordar a algunos que La Pegatina es ya un fenómeno internacional. Desde que salieron de su pequeño pueblo, han recorrido media Europa pasando por Holanda, Inglaterra e Italia, donde volverán a actuar en Abril y donde, seguro, se cantará esta canción a viva voz. Sin descansar, tras su gira Adrenalina 2012, comienzan una nueva cuyas fechas puedes encontrar aquí.
Debido al multitudinario número de asistentes, el calor empezaba a hacer mella tanto en nosotros como en la banda que, asiéndose de las camisetas, intentaba refrescarse un poco. No obstante, no fue motivo suficiente para dejar de bailar y saltar al ritmo de ‘Lloverá y yo veré’ con el que todos terminamos aplaudiendo y jaleando en momentos en los que el pogo se hacía casi inevitable.
Esta pequeña introducción a Eureka llegaba a su fin, pero faltaba alguien. Sí, alguien muy importante, alguien que les ha catapultado a la fama y cuyo nombre es fácil de recordar. Exacto, faltaba ‘Maricarmen’, esa señora de pueblo cuyo hijo no se pierde un sarao. El cantante del grupo recordaba, insistentemente, que el próximo sábado llenarían la mítica sala ‘La Riviera’, donde tendríamos ocasión de disfrutar de todos sus éxitos, pero no quiso despedirse de nosotros sin entonar su himno.
Con ‘Maricarmen’ se dio por concluido este concierto en el que La Pegatina pudo estar muy cerca de su público, que no dudó en acercarse a ellos y felicitarles una vez desalojada la sala. Cercanos y contentos, compartieron fotos, firmas y charlas con sus groupies, entre las cuales me incluyo, que les agasajaron con sus sonrisas y nervios a flor de piel.
Cerca de las ocho y media de la tarde, la Fnac volvió a su estado normal mientras que los fans comentaban en la puerta, con la compañía de un cigarro, lo bien que se lo habían pasado y lo felices que eran por poder disfrutar de su grupo favorito en Madrid. Esta presentación no ha sido más que una tapa, un aperitivo madrileño del menú completo que La Pegatina nos ofrecerá este sábado día 23 en La Riviera, donde esperan colgar el “sold out“, y cuyos platos principales serán muchos saltos, mucha alegría y, por supuesto, la música de Eureka.