Tras estos triste acontecimientos cabe preguntarnos que pasaría si, a pesar de tener protegida nuestra red con una clave de acceso, un vecino saltará la contraseña y utilizará nuestra red sin nuestro permiso y sin que nos diéramos cuenta. Los jueces, en su afán de querer dominar todo parecen no saber lo fácil que es saltar una wi-fi ¿no serían más culpables las telefónicas que entregan sus routers sin seguridad ni un manual que informe de cómo proteger estas redes? Por otra parte, comprar una adsl es tan fácil como comprar un kilo de arroz. En los supermercados venden esos utópicos kits-adsl autoinstalables de pincha y navega como si fueran churros ¿no sería poco ético permitir la venta de un producto para usuarios avanzados como si de un paquete de galletas se tratara? Y una última cuestión: en nuestras ciudades, como forma de alfabetizar tecnológicamente a la ciudadanía, cada vez hay más zonas wifis y zonas de redes abiertas (bibliotecas, parques, universidades, centros comerciales...) ¿Quién será el culpable de las descargas ilegales en estos espacios?[+info]alfonsovazquez.com
ciberantropólogo