Torra está prestando a la causa de España un gran servicio y nos está ayudando a salir de la injusta soledad a la que Europa nos había condenado. Los europeos empiezan a pensar ya que España, por muy imperfecta que sea su democracia y por muchos corruptos que la gobiernen, no tiene el alma nazi como la tiene el brutal independentismo que representan Puigdemont y Quim Torra.
La voz de Puigdemont se apaga y los medios pierden interés en el cansino movimiento catalán, después de darse cuenta de que encabezar la rebelión más independentista de toda Europa siendo la region con más autogobierno de todo el continente es absurdo y solo demuestra terquedad enfermiza e irracional.
Las aguas vuelven a su cauce lógico y los que antes parecían verdugos, los españoles, son ahora las víctimas y las víctimas de antes, los catalanes, adquieren ahora los perfiles de verdugos.
Francisco Rubiales