Eutanasia política

Publicado el 30 junio 2011 por Jcgarrido @jcgarridodp

Tuvo un cierto aire de última cena el debate sobre el estado de la nación. Sobre todo por la teatral despedida del presidente, que fue correspondida incluso por Rajoy, del que es bien sabido que no puede ver a Zapatero ni en retrato. Una despedida innecesaria, por más que fuera el último debate de la legislatura, ya que se supone que el presidente va a tener más ocasiones de acudir al parlamento, ¿o no?

Cuando uno se encuentra totalmente desahuciado, como es el caso, no tiene sentido alguno seguir prolongando una agonía tan innecesaria como dolorosa. ZP es consciente de que, cada minuto que retrasa su marcha, le supone merma de votos a su partido y, aunque le importe menos, puestos de trabajo perdidos y empobrecimiento general de la nación.

Además, está la cuestión de la extorsión que sufre gobierno a manos de los partidos de taifas cada vez que precisa sacar adelante una ley. Ya oímos pavonearse al portavoz del PNV, Erkoreka, a la puerta del congreso tras aprobarse la reforma laboral. Después se ha sabido que, aparte de lo que el ejecutivo podía admitir en público, CIU obtuvo la titularidad de los hospitales, y ahora también cabe conjeturar que la capitalía cultural de San Sebastián, un municipio regido por el brazo político de ETA, debe ser parte del precio político de la reforma.

Lo más conveniente para el país hubiera sido que, tal como apuntó Rosa Díez, ZP, además de despedirse, se hubiera marchado de una maldita vez, y así lo reclaman propios y extraños, aunque pueden apostar por que no aguantará hasta Marzo.