En el aspecto social su trabajo se desarrolló en la Fundación Eva Perón, mantenida por contribuciones de empresarios y por donaciones que los trabajadores hacían cuando tenían una mejora en sus sueldos. Creó hospitales, hogares para ancianos y madres solteras, dos policlínicos, diversas escuelas y una Ciudad Infantil. Durante las fiestas distribuía sidra y pan dulce, socorría a los necesitados y organizaba torneos deportivos infantiles y juveniles. El otro bastón y tal vez eje principal de su popularidad fue constituido en torno a los sindicalistas y a su facilidad y carisma para conectarse con las masas trabajadoras, a quienes ella llamaba sus "descamisados".
El director argentino Pablo Agüero, en el set de rodaje.
Su muerte, el 26 de julio de 1952 siendo aun muy joven víctima de una leucemia, significó el inicio de la decadencia del régimen peronista, que tres años más tarde fue derrocado por un golpe militar, en el que es necesario reseñar que el dolor popular no la abandonó en un velatorio que duró 14 días y a partir de entonces no la abandonaría jamás. Para evitar el peregrinaje popular a su tumba, los militares secuestraron y trasladaron el cadáver de Eva Perón a Italia y más tarde a España. En 1975, el gobierno de la presidenta del país, la que había sido la tercera esposa del general, María Estela Isabel Martínez de Perón, llevó de nuevo a Argentina los restos mortales de Evita.El director cinematográfico argentino Pablo Agüero, para su tercera incursión tras las cámaras, se inspira en la historia real del secuestro del cadáver de Evita, una odisea que comienza cuando un anatomista experto la embalsama sin quitarle la más mínima partícula de piel, como si apenas durmiera, y continuando posteriormente con el secuestro de su cadáver por las Fuerzas Armadas, que se propusieron borrar completamente a la afamada mujer de la memoria popular. Su cuerpo estuvo desaparecido durante 25 años. Durante ese cuarto de siglo, Evita, aun muerta y desaparecida, fue la figura política más poderosa del país.