El valor funcional de un evento es el beneficio social que se revela en su esencia. Éste, como ente socializador que es, dinamiza su acción con un reflujo de experiencias interactivas que posibilitan la evolución de valores personales, humanos, artísticos y de empresa.
Un lugar y tiempo particulares en el que ocurre dicho evento es la plataforma de representación física y de comunicación creativa para mostrar alguna cosa. Por tanto, el espacio de representación es una construcción que se remite a sí mismo y que existe en el presente, común a quienes participan en él.
Pero en su dimensión temporal, recurre no sólo a la vivencia momentánea del espectáculo, sino que también, hace presente la cultura y emoción de nuestra memoria trayéndola ante nuestros ojos.
Identificar eventos con espacios de representación, implica generar una gran variedad de dispositivos de expresión tales como: el teatro, el circo, la danza, la performance, la música, los audiovisuales, en los cuales, la transmisión de los mensajes programados, son el efecto visual de la realidad experiencial que la puesta en escena de un espectáculo reproduce en el escenario del acontecimiento.
Transitar por estos espacios de representación es dotar de las herramientas de Recursos de Ocio anunciadas a Marketing de Experiencias, quien va a ofrecer resultados rentables para Branding al ejercer mediante la representación de eventos, la influencia de su marca.