Que los espacios ocupados hasta ahora por los eventos hayan mantenido una cercanía inusual con las artes escénicas, no resulta casual. Aunque la cercanía no haya sido aprovechada, hasta el momento, la organización de eventos no puede dejar de notar que ambos se manifiestan en los mismos lugares. Para quien solo conozca la representación en teatros a la italiana, puede parecer lejana, pero para quien tuvo acceso a desarrollo de piezas artísticas en espacios escénicos no convencionales, la similitud es manifiesta.Lo extraño en esta relación se muestra en el uso que los eventos han estado haciendo de las piezas artísticas que programaban y esa extrañeza es sólo atribuible a la necesidad de mandar mensajes corporativos y publicitarios con formas seductoras. Lenguajes corporativos y publicitarias han estado conviviendo y usando a las artes escénicas, como papel de regalo en los eventos, pero los eventos, son de por si, espacios escénicos y han sido espacios escénicos que han sido usados por unos y por otros, sin entender que nada tienen que ver con los profesionales que trabajan de forma constante ese medio y desatendiendo todas las posibilidades evitando retorno de la inversión. Quedan para el recuerdo voces que no pudieron decir la verdad cuando eran contratados, voces que no tenían conocimiento de tales similitudes, voces que no tenían capacidad de aplicación de procesos y algunos intereses que tampoco tenían necesidad de creer que el cliente terminaría evolucionando, todos han permitido que lo que se mueve en eventos huela y suene a igualdad con la competencia.Resultaba extraño que los publicitas, diseñadores de logotipos y creadores de discursos corporativos no se denominaran artistas y más extraño aún que buscaran un término medio para designarse como creativos. Los artistas que llegaban hasta los eventos, sabían que, en ese ambiente no había forma de usar la designación correcta porque no cabe en la mente de uno solo de ellos la desestructuración de la globalidad. Vender espectáculos es una cosa y la siguiente, es salir corriendo a casa olvidando los intentos de mover, a trozos, una realidad concreta. ¿Que se confunden y toman sopas de piedras de colores? Que la tomen mientras no vean que las relaciones y la interacción, son importantes, no tengo forma de hablar con ellos. ¿Que quieren que en vez de esta palabra ponga tal otra que suena a hueca? La pongo, poco me importa, yo controlo la unidad de mi mensaje y tu injerencia provoca solo una asociación simple que hace gracia a la concurrencia pero que no influye en mi estructura. Yo me voy a casa con más fans ¿Y tú?, pues tú haz lo que quieras.Olvidando pasados llenos de despropósitos, las artes escénicas trabajan sobre mensajes que tienden a ser, en todo momento, bidimensionales y eso es lo que le da un valor incalculable, en estos momentos, porque ellas conocen todas las técnicas para elaborar y construir relaciones perfectas que llevan a la identificación por vinculación creando cultura. Son disciplinas que llevan milenios trabajando sobre la creación de relaciones complejas, guarda secretos convertidos en herramientas y técnicas, de gran precisión, para conseguir las mejores muestras de interacción que se alargan en formas y en tiempos. La razón de la existencia de estas disciplinas descansa en el deseo de construir canales de comunicación que lleguen a ser eternos. Sus esfuerzos, se concentran, en controlar todos los procesos que crean esos canales.Estas disciplinas, creen en la necesidad de transmisión de mensajes, pero tienen plena conciencia de que ellos sólo pueden asimilarse cuando están adecuadamente ubicados, en perfectas historias de gran contenido y mantienen correspondencias de sentido común en toda la estructura que crea coherencia de principio a fin. Estas disciplinas muestran todo su valor, cuando estás dispuesto a relacionarte a través de esas historias estableciendo diálogos y espacios para la interacción constante, no todos los literatos de la Historia de la Literatura Universal, han desplegado sus habilidades en las artes escénicas. Figuras de gran renombre, como Federico García Lorca enamorado de la escena, no conseguía identificar la esencia que distingue una pieza que va a ser puesta en pie, de una pieza que va a ser sólo leída. La inmediatez del medio exige un despliegue de herramientas y técnicas muy concretas, que, bien utilizadas, darán un grado de utilidad máxima a los eventos, que sin querer, se mueven en el mismo espacio escénico.