Joe, Owen y Terry son tres amigos de toda la vida a punto de llegar a los 50 años pero que a su vez se encuentran en momentos de sus vidas muy dispares. Joe (Ray Romano) es el tipo más normal que te puedes encontrar, es simpático, espontáneamente gracioso y adicto a las apuestas deportivas. Este último detalle lo lleva al divorcio y debe luchar por seguir siendo parte de la vida de sus hijos y a la vez por conseguir reiniciar la suya a su edad. Owen (Andre Braugher) es un padre de familia con todas las letras, está atrapado en un trabajo que odia, el consecionario de coches de su padre, y quiere ganarse su orgullo para algún día poder dirigirla. Terry (Scott Bakula) es un actor frustrado en Los Angeles, un hombre de carácter relajado y liberal que nunca quiso encasillarse en el trabajo ni con las mujeres y ahora con la edad le están entrando las dudas. La serie va desarrollando los problemas de cada personaje con una igualdad de protagonismo e interés muy difícil de conseguir y completa el elenco con una gran cantidad de personajes secundarios, cada uno más apropiado que el anterior. Mención especial para el corredor de apuestas de Joe, un personaje digno de un spin-off para él solito.
La serie, creada y producida por el propio Ray Romano y su colega Mike Royce (Everybody Loves Raymond), tiene en general un tono relajado, optimista e incluso llega a tener momentos honestamente hilarantes, pero también sabe ponerse seria y reflexiva con igual maestría. Las actuaciones de los protagonistas son excelentes, la gran química entre los 3 amigos se nota desde el primer episodio y a mí personalmente me sorprendió gratamente el registro dramático de Ray Romano, que CLAVA el neurotismo y la inseguridad de su personaje. Con una sólida 1ra temporada de tan solo 10 episodios, a Men of a Certain Age le alcanza y le sobra para introducir a sus personajes, enredar sus vidas y ofrecer un desenlace ideal que sirve como final definitivo y como gancho para una posible 2da temporada. Yo deseo con fuerzas lo segundo.
Si tienen un hueco en vuestro calendario, recomiendo darle una oportunidad a MoaCA (que sigla más fea) porque lamentablemente pasa desapercibida y realmente merece ser vista. Es una serie humana, realista, actual, inteligente, muy agradable de ver y probablemente el estreno que más me ha hecho disfrutar lo que llevamos de 2010.