Más de 100 millones de personas morirán y el crecimiento económico mundial se reducirá en un 3,2% del Producto Interno Bruto (PBI) en 2030 si el mundo no logra frenar el cambio climático. El derretimiento de las capas de hielo, fenómenos meteorológicos extremos, sequías y el aumento de los niveles del mar, amenazarán a poblaciones y formas de vida, según el informe realizado por la organización humanitaria DARA.
Los países más pobres del mundo son los más vulnerables -menuda novedad-, ya que enfrentan un mayor riesgo de sequías, escasez de agua, daños a los cultivos, pobreza y enfermedades.
“Un grado Celsius más en la temperatura está asociado con 10% de pérdidas en la productividad de los cultivos. Para nosotros, eso significa una pérdida de 4 millones de toneladas cúbicas de grano alimenticio, aproximadamente 2.5 millones de dólares. Eso es casi el 2% de nuestro PIB”, declaró al respecto Sheikh Hasina, primer ministro de Bangladesh.
¿Cómo podemos evitar esta futura hecatombe? Casi 200 países acordaron en el 2010 limitar el aumento del promedio de la temperatura mundial a menos de 2 grados centígrados para evitar los peligrosos impactos del cambio climático. Un pasito más. O, dicho de otro modo, evitarlo es posible, pero medidas y compromisos en relación a nuestro planeta deben ser cumplidos.