La causa formal es causa intrínseca como la causa material, las otras dos causas que distingue Aristóteles son la eficiente y la final, ambas denominadas como causas extrínsecas. Si la forma, según Aristóteles, es el particular y el universal según Platón, un zapato, y todos los zapatos respectivamente. Las causas extrínsecas nos aproximan a la naturaleza de la forma ora universal ora particular mediante el proceso de producción en el caso de los artefactos, o de observación en el caso de los seres vivos. Y lo que observamos o hacemos son acciones que aproximan al conocimiento que causó en su sentido más habitual al ser vivo o al artefacto, esta es la denominada causa eficiente, en el caso del zapato la causa eficiente es el zapatero y el conocimiento de la misma es a través de todas las acciones que llevan a cabo la fabricación, y que designan al zapatero como causa eficiente de la forma zapato, en este sentido la diferencia entre un zapatero artesano y un diseñador de zapatos es que el primero es aristotélico y el segundo platónico, a saber, el primero nos enseña que el zapato es el zapato particular que está haciendo, y el segundo nos enseña que el zapato está en la idea que es capaz de modelar. Tanto en un caso como en otro lo que tenemos son las acciones singulares y diferenciadas que relevan el conocimiento de lo particular y lo universal. En el caso de los seres vivos y siguiendo con el ejemplo del chimpancé la causa eficiente del mismo, la causa de su producción, sin duda, son sus progenitores, pero ¿no cabe decir que el chimpancé mismo con su conducta también es agente de su forma ya que lo diferencia de los otros? Un zapato no tiene conducta, un chimpancé sí. Los seres vivos, sin embargo, se diferencian también en la medida que ellos mismos son agentes de su forma, es decir, no es lo mismo una medusa que un chimpancé, en cierto modo, las medusas son más intercambiables que los chimapancés, conocido un particular en profundidad, conocido el universal, ya que el repertorio de acciones que lleva a cabo los distintos individuos de medusas son todas casi idénticas (pero sólo "casi idénticas"). Pero cuál es la causa eficiente de la especie medusa o de la especie chimpancé, no puede ser más que lo que Darwin denominó la selección natural como origen de las especies, pero este es el punto sobre el que nos extenderemos más adelante.La causa final es también denominada extrínseca, y tiene que ver con el fin o la finalidad del individuo de “comportarse” según su naturaleza o forma. En el caso del zapato, su naturaleza es amoldarse al pie, lo que hace incluso al zapato mismo ya sea de fabricación artesanal o industrial, que tenga una historia singular asociada a las acciones del sujeto que lleve dicho zapato, éste será el que juzgará si el zapato ha cumplido con su naturaleza, o ha desempeñado su función. En el caso del chimpancé, cumplir con su naturaleza no sólo es cumplir con la naturaleza implícita en la especie chimpancé que recordemos que era la forma platónica, sino con cumplir con su forma individual y esta forma como con la del zapato no la conocemos más que según las acciones singulares llevadas a cabo por el sujeto que lleva el zapato o por el chimpancé que actúa. Por tanto, la forma completa sólo puede ser conocida en su sentido platónico en la medida que las causas extrínsecas la eficiencia lo que hace el chimpancé para ser chimpancé o no y realizar operaciones con finales parciales, e ir dibujando la forma de la especie, sin embargo, los individuos concretos no realizan su forma más que de manera problemática, es decir, se convierten en un problema en sentido positivo, que invita a la investigación, al conocimiento. Desarrollan una función compleja que sólo puede ser comprendida en términos de sentido pero no de forma verdadera. De la verdad sólo cabe decirla de la forma y de su estudio estructural que aporta la conducta intercambiable de los chimpancés, de su reproducción y desarrollo posterior o de la fabricación de zapatos. Por lo que la otra causa intrínseca, la denominada material en Aristóteles que en el caso del zapato puede estar constituida por la piel, la madera o cualquier otro producto del que este hecho el zapato, o de los elementos bioquímicos del que está hecho el chimpancé, no puede ser caracterizada en el mismo sentido que en el de Aristóteles ya que si la forma sólo puede ser según la de la especie o el del tipo aquello que es intercambiable para un universal, aunque se construya a través de la singularidad de las acciones de conducta de fabricación, la materia no puede contraponerse a la forma (si mantenemos la concepción de materia como potencia pura), se la ha de contraponer a la función que singulariza al chimpancé o al zapato, en este caso por las acciones llevadas a cabo por el que lo usa. La materia, por tanto, no puede ser otra cosa que tiempo, el tiempo determinado en cada caso por la singularidad del individuo, es la única manera de mantener la problematicidad de la singularidad, que no es reducida a conocimiento científico y siempre remite dicha singularidad al sentido, de la vida del chimpancé del uso del zapato. El sentido para aquel sujeto capaz de ideas (las ideas platónicas tienen como entidades inferiores los objetos matemáticos, pero como entidades superiores las que no diferencian la verdad del sentido). La madera, el carbono del zapato o del chimpancé no son más que el sustrato conformado e idealizado según la especie o el tipo, del que tal descripición puede decirse si es verdadera o no. Por tanto, si la pregunta es si la forma es cosa del particular o del universal, del individuo o de la especie, para el esquema que proponemos la forma será siempre del universal o de la especie y su reconstrucción siempre está asociada al conocimiento de las causas extrínsecas: la final o eficiente, pero entonces a forma no se le contrapone ya la materia, según la terminología aristotélica, sino sustrato que son como las partes en las que puede dividirse el proceso de fabricación del zapato, o incluso del uso siempre y cuando este sea intercambiable (por ejemplo, en la medida que se estudia el comportamiento de los materiales), o en el caso del chimpancé lo que describen los manuales de fisiología o etología sobre esta especie. La forma puede conocerse verdaderamente y las matemáticas son las que dan las razones para tal conocimiento, en este sentido estamos del lado de Platón, ahora bien, lo que sea un individuo concreto lo que lo hace singular tiene que ver más con el sentido, o con la función última de su vida de la que no puede decirse, en sentido estricto que sea más o menos verdadera. Lo que supone que función se contraponga a materia, y siendo la materia el mismo tiempo determinable por el proceso de desarrollo completamente único de cada individuo (el problema de la individuación será aquí central, precisamente porque no son los mismos individuos las medusas que los chimpancés). La naturaleza, en este caso aristotélica, no le corresponde, entonces, ni a la biología, ni a la conducta ni siquiera a la capacidad tecnológica del ser humano corresponde en cada caso a la capacidad de los seres de desarrollarse en el tiempo según la información capaz de procesar y de la que sólo tenemos noticia después. Esta información en curso, que puede ser denominada saber (Hayek), uso (chresis, Platón), praxis (Aristóteles), es la naturaleza de las cosas que efectivamente es una naturaleza que en la medida que está en curso no puede ser conocida nunca completamente, las aproximaciones particulares o universales, son siempre posteriores a la singularidad de las acciones que no sólo son la de los humanos o animales, sino la de la naturaleza fisíca misma como lo refleja el caso de las tormentas que pueden ser vistas desde esta perspectiva singular. De este modo más que hablar de causas de lo que deberíamos hablar son de razones descritas en los procesos, razones que siempre se desarrollan en proceso in-formando la realidad misma (Dennett).