Evolución de la Sierra Norte: finales años ochenta

Por Larami

Con la entrada en la C. E. E. el interés de la sociedad por el arte y la cultura lo impregnó todo. Las Administraciones y las grandes empresas ponen dinero; la Universidad conocimiento y los hijos de la tierra empuje. Se restauran monumentos, se realizan excavaciones, se analizan documentos históricos,… Sobre todo de zonas poco estudiadas, como la Sierra Norte.

Quizás por el afán de los vecinos por recuperar sus raíces, o porque ofrecía grandes oportunidades de lucimiento para los expertos,…. Así descubrimos que el hombre prehistórico habitó esta tierra desde siempre, que utilizaba los cañones como cazaderos y las cuevas como casas y/o santuarios. Hay más de 60; algunas de un valor incalculable por su originalidad.

Supimos que la zona más abrupta, permaneció casi inalterable durante mil años, hasta la llegada de los árabes en el siglo IX. La zona oriental, fue zona de paso hacia Cesar Augusta; aquí vivieron y dejaron su huella los romanos, como en Sigüenza. Los árabes construyeron puentes y alcazabas para la defensa. En el siglo XI, sobre ellas se construyeron castillos, que habitaron los poetas (el Marques de Santillana y el Infante Juan Manuel).

Así llegó el Románico rural (tardío, del siglo XII) que dejó iglesias esenciales para conocer la Sierra Norte y el Arte Románico. Pero lo más hermoso es que este saber sirvió para que los hijos de la tierra se sintieran orgullosos de su historia y de su pueblo. Quizás porque se reconocen en ellos.

También aprendieron a valorar otras construcciones medievales, sencillas pero bellas: fuentes, plazas, caminos, puentes,.. Y edificios singulares como el monasterio de Bonaval ¡Sin claustro! Palacio de Cogolludo, Iglesia de Valdepeñas, las murallas de Palazuelos,.. y Sigüenza, que recobró toda la importancia que siempre tuvo como sede del obispado.

¡La Sierra Norte resurgió con fuerza!

Lar-ami


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