Asumo que debemos hacer el esfuerzo día a día de escoger lo bueno de cada situación, escoger lo bueno de los católicos, de los judíos, del islam, del sintoísmo, del budismo y de cuanta religión haya en el mundo, así como lo bueno de cuanta corriente política-económica hayamos vivido, es una desgracia voluntaria ignorar esto.
Al final del día si aprovechamos lo bueno de todos los demás estaremos evolucionando, ¿porqué privarnos de ello?
Incluso los más deleznables políticos mexicanos tienen muchísimas cosas buenas que aprenderles, el detalle es que sus errores son tan grandes que terminan pudriendo su imagen, me gustaría pensar así antes de volver a escribir algo en contra de ellos.