Análisis y crítica de la película Ex Machina
La vida es un reto. La inteligencia es un reto. El cine es un reto. Esta película es un reto. ¿Por qué nos empeñamos en crear vida artificial o IA cuando la naturaleza ya lo hace por si misma? Posiblemente por la necesitamos que nuestra mente esté un escalón por encima de la naturaleza. Es volver a jugar a ser dioses.
Hoy queremos realizar una crítica de la película Ex Machina. Además puedes consultar otras críticas en nuestra sección: Críticas de cine.
Los amantes de los filmes intimistas, pausados y sesudos están de enhorabuena con Ex-Machina. Pero sobre todo debe estarlo Alex Garland (guionista de 28 días después o sunshine), director novel con esta cinta. Y debe de estarlo porque es del tipo de películas de las que todo el mundo habla o quiere hablar bien, porque aunque no te guste sabes que es buena.
Ya empieza a ser habitual encontrar paralelismos entre este tipo de películas y algún capítulo de la serie Black Mirror. La evolución tecnológica o la ciencia ficción humanista ya forman parte de nuestro modus vivendi. No somos ni podemos ser ajenos a la idea de que nuestra forma de vida y nuestra esencia sea sustituida por nuestras propias creaciones. Y aquí es donde entra en juego los giros de la trama.
¿Por qué nos empeñamos en crear vida artificial o IA cuando la naturaleza ya lo hace por si misma?
Un creador, una creación y un mediador. Pero, ¿quién prueba a quién? Con todo ese planteamiento nos encontramos ante un ejercicio de intelecto capaz de rebuscar en los rincones más alejados de nuestra razón, de nuestra deductividad, de nuestro conocimiento y de nuestra moralidad. Además, Ex-Machina nos sumerge en una alegoría simbiótica con esa IA y la red de Internet. Todos estamos conectados, todos estamos controlados y todos enviamos nuestros pensamientos, deseos, gustos, odios y esperanzas a un motor de búsqueda que se convierte en el mayor cerebro de la historia. Pero, ese cerebro... ¿además de pensar puede llegar a sentir?
Para terminar está crítica de la película Ex Machina, comentar también que el metraje nos aborda por completo en base a diálogos teorizados pero sin caer en lo discursivo, una escenografía de contrastes arrebatadoramente bella, un montaje delicado con una estructura muy medida y una punzante interpretación pausada al más puro estilo británico. No podía faltar el cada vez más conocido Domhalln Gleeson (uno de mis actores británicos preferidos), llevando a cabo otro de esos papeles frágiles y observadores hechos a medida para él; Alicia Vikander, descendiente de una estirpe de actores muy relacionados con la ciencia ficcion; y Oscar Isaac, al que ya hemos visto en importantes papeles en StarWars episodio VII o X-MEN: Apocalipsis.
Las sorpresas forman parte de la salsa del cine. No esperar incluso lo que Esperabas es fascinante. Reconozco que al iniciar la cinta veía exageradamente fascinante todo. Hasta el punto de parecer impostado, cosa que también me sucedió con Black Mirror. Pero esa atmósfera cada vez más confinada, tensa y opresiva te acaba atrapando. Y como en toda película de IA que se precie, acaba apareciendo ese " Deus ex machina " que tanto le gusta a mi amigo y súper entendido en cine Cristóbal Terrer.
Y como ya sabéis que me gusta mojarme, mi nota será de un bonito 8 sobre 10.
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