Instantes después de que Zapatero anunciara que no concurrirá a las elecciones de 2012, decenas de personas, gente común con enseñas constitucionales, ninguna franquista, se manifestaron ante la sede del PSOE, en la que todavía estaba el primer ministro, para reclamar prisión para él y sus ministros, en especial para Rubalcaba
Aunque pacífica, la escena recordaba otras similares de los meses anteriores al primer triunfo de Rodríguez Zapatero, multiplicadas entre los atentados del 11M y el día de las elecciones, el 15M, de 2004.
Las víctimas del acoso eran del PP, sus sedes en gran parte de España, azuzadas por exaltados más agresivos que los de este sábado: llegaron a perseguir a los populares con instinto depredador de jaurías.
Las jaurías, sí. Entonces eran de izquierdas, y ahora amenazan con ser de derechas, aunque de momento estas son menos agresivas que aquellas que durante semanas acorralaban a los populares hostigándolos hasta sus casas, y ante sus hijos, llamándoles asesinos.
Querían erosionar a Aznar por haber enviado soldados españoles a Irak, que fueron cuando la invasión se había producido.
Al contrario que lo que hace ahora Zapatero en Libia, donde posiblemente esté matando civiles y ayude a fanáticos religiosos más brutales que Gadafi.
Lo importante es que hay que parar las jaurías anti-PSOE antes de que se envalentonen como las anti-PP en 2003 y 2004.
Zapatero estimulaba aquellos actos, que nunca condenó, con SMS, “A por ellos. Pásalo”. La iniciativa actual es del periodista de Intereconomía Enrique de Diego (*), según denuncia la izquierda.
Y Mariano Rajoy debe hacer un llamamiento para que no se repita exaltación de derechistas, que pueden volverse peligrosos.
Quedará así como un estadista que restablece una serenidad democrática que no quiso imponer Zapatero, baldón que deberá recordársele siempre.
(*) Enrique de Diego da su versión de lo acontecido. Por lo que revela en Periodista Digital fue zarandeado y detenido. Vea aquí su narración.
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SALAS nos ilustra adecuadamente:
Y ahora, nuestro amado líder, padre de la patria, ejemplar ciudadano,
Por último, una foto histórica de los manifestantes de Ferraz pidiendo la dimisión definitiva del Gran Guía. El cronista la publica mucho porque es el retrato preciso del Amado Pero Incomprendido Personaje.