Nunca me costó tanto hacer un comentario como el de este concierto que cerraba temporada cual examen final de curso en estas fechas.
Escrito de madrugada sin los enlaces que tanto me gusta poner (por cierto que es lo que más tiempo me lleva, pues el texto va de un tirón del sentimiento al ordenador, tableta o teléfono), no le dí finalmente a "Publicar" hasta completarlo. El fin de semana fue largo y fuera de caso, pero al leer las críticas posteriores en la prensa escrita (del concierto del jueves en Gijón y del viernes en Oviedo) me pasó como con los exámenes: quise repasarlos antes de poner la nota definitiva, y hubo algunos cambios que no voy a desvelar, aunque siempre a favor del alumnado.
Sacando mi vena docente añadir que un mal examen no supone tirar un curso puesto que la evaluación, de momento y hasta que Wert lo imPPida, es continua y también individualizada, sin comparaciones con otros, así que comentarios y nota final puesta al poco del concierto se mantiene pero llegan los pormenores:
Los tiempos elegidos estuvieron ajustados a las indicaciones, como el Allegro moderato con orquesta plena en un "tutti" sin trompetas ni trombones que daba paso al magistral oboe y clarinetes (los dos) en ese ascenso melódico antes de entrar en el contracanto de violines, que contrapongo a lo poco marcadas que quedaron las modulaciones de la partitura y muy "académica" la reexposición final así como la amplia coda.
El Adagio (indicado Sehr feierlich und langsam, con lentísima solemnidad y calmado), es de lo más emocionante de Bruckner aunque la dirección no logró conmover, puede que esta vez la disposición "vienesa" con contrabajos atrás y tubas wagnerianas a la izquierda no ayudasen (la tuba en el lado opuesto impidió más empaste). Siendo la sinfonía pieza única de la segunda parte no creo que resultase complicado ubicar los contrabajos a la izquierda y dejar todo el metal en la parte trasera, precisamente para esa sensación de tubos de órgano. Cellos y violas sí sonaron homogéneas en su posición para el segundo motivo del adagio y la siempre segura sección de violines en ese inserto del Te Deum del propio compositor antes de desarrollar en contrapunto los temas y el gran crescendo antes de la coda donde los metales realmente truenan.
El Scherzo vivace (marcado Sher schnell, muy rápido) por su rítmica tan marcada resultó lo mejor de la sinfonía a lo que debemos sumar una cuerda al unísono que suena como un todo, nuevo triunfo de la formación asturiana que a lo largo de la temporada ha mantenido este nivel de calidad sin apenas altibajos. Nuevamente la dirección de Milanov buscó más tiempo que color, y el trío central (Etwas langsamer, un poco más lento) fue buen ejemplo, sin poder paladear un poco más los violines tocando esa especie de danza popular respondida por viento y timbales, curiosamente más discretos de lo que deberían.
Y el Finale (Bewegt, doch nich zu schnell, movido pero no demasiado rápido) tan subjetivo como el Martini de James Bond, "ethos y pathos" que escriben los estetas pero donde la energía debe estar controlada antes de ese coral del segundo tema precediendo la luz de las trompas y el siguiente desarrolo y reexposición, corta y tensa antes de la coda. La orquesta pareció entender a la perfección la llamada "vía real" de Bruckner en esta sinfonía, aunque Milanov optase por "referencias" más cercanas a la Primera o Tercera en una visión global y no detallada de esta séptima que tanto tiempo costó componer. Por una vez puedo decir que la orquesta sobrepasó la dirección, lo que puede tener doble sentido.
Con más tiempo haremos la "Memoria final" y avanzaremos la Programación 2013-14, vamos como en el Instituto, aunque todavía nos queden dos semanas de clase y una última de preparación del último curso antes de Wert.
Digo a quienes me conocen que con la OSPA llevo 22 años casado, los mismos que con mi esposa, felices y con las normales diferencias de una convivencia tan larga. Mi filosofía de la vida, si se quiere mis convicciones, hacen que sepa perdonar y olvidar los malos momentos para quedarme siempre con lo positivo, lo que no impide seguir disfrutando de la libertad para opinar aunque no sea compartida. Por pedir, solamente salud para celebrar las bodas de plata...