Excelencia

Por Javier Ribas
La conversación discurrió así:- A ver si tengo suerte y me caen unas clases más. Me vendría muy bien para completar los ingresos que tengo. Necesito tener algunos alumnos más. - ¿Qué has hecho al respecto?- Pues soy buen profesor. Tengo los conocimientos técnicos suficientes. - Ok, perfecto. ¿Qué más?- He llamado a todos mis contactos recordándoles que empieza la temporada y que de nuevo estoy en activo. - Muy bien. ¿Algo más? - No, suelo hacerlo así. - ¿Y qué resultado estás obteniendo? - Pues tengo un grupo. Pero me gustaría tener dos o tres más.
En este blog hemos escrito varias entradas que tratan sobre la posibilidad de que ocurran las cosas.  Estas pueden ser insatisfactorias, normales, suficientes o excelentes. En este caso concreto, hablaríamos de que le están ocurriendo cosas normales. Ha aplicado el principio de esperar y no esperanzar. Bien. Permitidme que me esta vez haga un pack de entradas y os remita a ellas. Allí tenemos la explicación de los pasos a aplicar para llegar a la excelencia en los resultados. En primer lugar su formación técnica y su actitud le pone en una espera en acción. Ya tiene un grupo de clases. ¿Se puede mejorar esto? ¿Podría dar el salto a “suficiente”? Pues sí, para ello debería atraer el futuro. Es decir, actuar como si ya tuviera más grupos. ¿Su situación puede pasar a ser excelente? Pues también. Sin prisa y sin pausa, debería trabajar el control mental, la puesta en acción en su mente. Con estas actitudes y aptitudes aplicadas todas en marcha y a la vez: conocimientos técnicos, relaciones personales, espera activa, atracción del futuro y visualización, es difícil que no alcance resultados extraordinarios. Y todo esto no es magia. Es voluntad. Eso sí, y perdonad que me repita, todas las acciones a la vez. Con pleno convencimiento. ¡Funciona!