China es un país con una cultura y unos rincones únicos en el mundo que justifican de sobra un viaje. Sin embargo, con sus 8.851 kilómetros de longitud y más de 2.000 años de historia, es la Gran Muralla China la que centra toda la atención de la mayoría de turistas que visitan el país por primera vez. Nosotros no fuimos la excepción y tuvimos claro desde el principio que asumiríamos con resignación la imposibilidad de realizar algunas excursiones y visitas, pero que bajo ningún concepto nos quedaríamos sin ver la Gran Muralla.
La conservación de los distintos tramos que se mantienen en pie es dispar. En la página web de Travel China Guide se puede consultar el listado ordenado según el punto de acceso más cercano.
Por su cercanía a Pekín y su buen estado de conservación Badaling es la sección de muralla que mayor afluencia turística recibe. Las otras opciones habituales desde la capital china son Mutianyu, Simatai y Jingshanling.
Nosotros optamos por el tramo de Mutianyu, a 80 km de Pekín, en el distrito de Huairou. También está restaurado pero con menos turistas por estar más alejado y peor comunicado con Pekín. Gracias a Andrea y sus fantásticas explicaciones en su blog Enbeijing.com decidimos hacer la excursión por libre en autobús de línea (867). También puede hacerse en el autobús 916 más rápido pero que para en el pueblo de Hairou (hay que ir en taxi desde allí).
El autobús 867 sale desde Pekín dos veces al día: a las 7:00 y a las 8:30. Y desde Mutianyu de vuelta a las 14:00 y a las 16:00. En Pekín se coge en la estación de autobuses cercana a Dongzhimen: salida B, hacia la izquierda, continúa todo recto hasta el edificio alto que se ve enfrente (unos 5 minutos a pie), gira a la izquierda sin cruzar la calle y continúa otros 10 minutos hasta ver varias dársenas. La del 867 es la última. Aquí tenéis el mapa realizado por Andrea:
Nosotros cogimos el de las 7:00 y sobre las 9:15 ya estábamos en las mismas taquillas de la Gran Muralla. Compramos además de la entrada, la subida en teleférico y la bajada en tobogán, la opción más cara pero la más cómoda para ver lo máximo posible bajo un sol y un calor de justicia.
El teleférico nos dejó en la torre 14 sobre las 9:30. Completamente absortos por estar pisando al fin la Gran Muralla, sorprendidos por la belleza del paisaje e intentado asimilar lo que supuso su construcción, para lo bueno y para lo malo, recorrimos durante 3 horas el trayecto de la torre 14 hasta la 16 y desde allí hasta la 6.
El trayecto de vuelta fue una auténtica pesadilla por la aglomeración desde el primer momento. Aunque en la parada apenas estábamos 20 personas (todos occidentales), cuando el autobús asomó por la curva unos 100 chinos sin exagerar aparecieron de la nada y, por supuesto, se subieron los primeros. A codazos, empujones y hasta patadas nos hicimos con los dos únicos asientos restantes: el de la rueda en el que te toca encajarte y aguantar todo el trayecto sin un mínimo movimiento y el de delante del todo, donde no llega el aire acondicionado. Dejamos de sufrir las consecuencias de esa parte del viaje un par de meses después.
Para concluir, un par de consejos: plantearos la vuelta en el autobús 916 y, lo más importante, se vea o no desde el espacio, no os perdáis la Gran Muralla, es simplemente espectacular.
Página web oficial del tramo de Mutianyu
Especial China