Excusatio non petita

Publicado el 21 enero 2014 por Elinfiernodebarbusse

Con esta edición ilustrada de El coloquio de los perros recién publicada por Nórdica, que desde ayer está disponible en librerías, no hay excusa posible para que el desaprensivo -varón o mujer: utilizo el género neutro- que aún no haya leído esta obra fundamental de la literatura española de todos los tiempos lo haga ahora.
Desde que el homínido dejó de ser cuadrúpedo y se puso de pie y se convirtió en homo sapiens hasta hoy, poco ha cambiado su manera esencial de ser, poco ha modificado sus intereses y sus comportamientos. Eso lo sabía bien Cervantes. Y también sabía que los defectos del hombre son incorregibles, que tropieza y tropezará no una, ni dos, ni tres, sino incontables veces con la misma piedra. Y que así somos in secula seculorum, defectuosos por naturaleza, sin remedio posible. Por eso las ejemplaridades de sus novelas son eternas y tienen plena vigencia. Porque tenía un ojo clínico, único y espectacular, para captar lo esencial de la condición humana, sus/nuestras debilidades -y sus/nuestras elevaciones, que de cuando en vez, también mostramos. Y todo ello con sabiduría, con humor, con una benevolencia que es su marca de la casa -sin juicios ni arengas-, y haciendo uso del castellano más cristalino y punzante, más cálido y luminoso, más sereno y más apabullante que haya podido imprimirse jamás.
De la producción cervantina, aparte del Don Quijote, destaca por mérito propio esta novela ejemplar donde los perros Cipión y Berganza adquieren el don del habla y se cuentan sus vidas al mismo tiempo que nos radiografían de manera implacable la sociedad española del XVII. Es mi preferida, desde luego, junto con El celoso extremeño y junto con esa carcajeante genialidad que es El retablo de las maravillas (uno de los más lúcidos retratos de la estupidez humana y de su preocupación por la apariencia).
Aquí, el booktrailer del libro.