Exe sevilla palmera (sevilla)

Por Candreu

EXE SEVILLA PALMERA (****)
Cardenal Ilundain 28
41013 Sevilla
Habitación: 317Fecha de entrada: 05/09/2022
Tarifa: 85€ (AD)
 
Un poco alejado del centro de la ciudad, en un barrio sin terminar de hacer, entre villas lujosas, edificios industriales abandonados, viales casi en desuso y las vías del tren encontramos un edificio exento, de cinco plantas en granito gris y azulado con grandes ventanales en sus fachadas. Anexo al edificio hay una gran cafetería a la que se accede por unas escaleras mecánicas situadas junto a la entrada al hotel y que es en la que se sirve por la mañana el desayuno. En los bajos, un enorme Mercadona. Una anchísima acera con una zona para parar vehículos nos da la bienvenida antes de pasar bajo un enorme pórtico de hormigón en el que se puede leer en letras metálicas el nombre del hotel, y cruzar las dos puertas automáticas correderas de aluminio rojo y cristal que nos introducen en la recepción. 
A la derecha, una zona con varios sofás de piel brillante roja y dorada para la tertulia y la espera, y un poco más adelante los tres ascensores, de puertas metálicas en rojo. A la izquierda una máquina de café, otra de vending y un par de vitrinas que ofrecen souvenirs de la zona y algunos regalos textiles y decorativos. Cuatro columnas de hormigón vivo hacen de patio interior al que se abren los pasillos de las habitaciones de los pisos superiores. Algunas macetas con plantas. Al fondo, un enorme mostrador con dos puestos de trabajo.Sólo hay una joven atendiendo que no da abasto. Tenemos cuatro personas por delante de nosotros para hacer el registro, y el proceso es terriblemente lento. Cuando por fin nos toca, hay que copiar otra vez el DNI, la tarjeta, pagar... La joven le pone interés, pero tampoco puede hacer mucho más. Firmar el bienvenida, otro documento y otro más. Por fin, nos entrega la llave de la habitación en una cartulina blanca y nos indica el horario del desayuno. El mostrador aparece bastante desordenado, con facturas y papeles de reservas por encima. Todo él protegido por una enorme mampara de metacrilato para protegernos de un COVID ya casi olvidado. Techo alto, suelo de mármol color arena algo brillante. Sensación de cierta frialdad moderna y algo desangelado. Tampoco las luces, redondas e incrustadas en el techo, ayudan a caldear el ambiente.  Giramos a la derecha y nos dirigimos a los ascensores. Hay tres. Algo estrechos. Con puertas en ambos lados, una pared de espejo y la otra recubierta con paneles color arena. Botonadura metálica, que necesita activarse acercando la tarjeta de la habitación a una pequeña pantalla. Algunos carteles algo deteriorados indican reglas de cuidado por el COVID y la distribución de los servicios del hotel por plantas. Las puertas se abren en un amplio recibidor que da 'al patio' de la recepción. Dos butacas sobre un suelo de moqueta color vino bastante sucia y deteriorada. A derecha e izquierda se abren los pasillos de las habitaciones convenientemente indicados con unos carteles en metacrilato y verde. La misma sensación de frialdad de la recepción se siente en los pasillos, quizá aquí acentuada por la fría luz, toda artificial. Grandes puertas en las habitaciones, en madera clara brillante con pomos metálicos y un pequeño lector de tarjetas para acercar la nuestra y por contacto abrir la habitación. Dentro el frescor nos invade. La tarde sevillana está calurosa, y el aire acondicionado de la habitación nos espera trabajando a destajo. Es algo ruidoso pero muy eficaz. Pasillo generosamente ancho con paredes en vescom gris muy claro y suelo de lamas de madera oscura muy bien cuidadas y limpias. Un enorme rodapié de madera rodea toda la habitación. A la izquierda, la puerta del baño, también de madera, y también grande. A su lado, la ranura para meter la tarjeta y activar la energía de la habitación y varios interruptores para encender las frías luces del techo. Justo enfrente el mando del aire acondicionado. Un botón de encendido y apagado, otro de potencia del aire y una pantalla digital para seleccionar la temperatura del mismo y visualizar la temperatura de la habitación. Un par de pasos más adelante entramos en el enorme dormitorio.De tan grande, puede resultar algo desangelado. A la izquierda encontramos un potente maletero en madera, a juego con toda el mobiliario de la habitación. A su lado en enorme armario de dos puertas correderas de techo a suelo. En su interior, sendas barras colgadoras cortas con una docena de perchas antirrobo, una cajonera, algunas baldas, una manta azul envuelta en plástico, la bolsa de la lavandería y una caja fuerte. Las dos camas, empotradas contra un gran cabecero de madera, se presentan poco atractivas, con un somier metálico negro demasiado visto y vestidas tan solo con una sábana. El colchón, aunque visualmente resulta bastante 'normal', luego, resulta cómodo, igual que las cuatro almohadas que se ofrecen. Encima del cabecero, un feo cuadro rectangular de motivos vegetales algo torcido. A cada lado de la cama sendas mesillas de madera. Sobre una de ellas, un moderno teléfono e interruptores para la luz. Sobre la otra, los interruptores, un enchufe disponible y encima de ambas dos apliques de luz metálicos con pantalla en tonos crudos y dos focos direccionables para la lectura en la cama. Ambas luminarias, junto con la pequeña lámpara de la mesa de trabajo, y otra de pie ubicada junto a la ventana permiten crear una sensación mucho más cálida y acogedora que los fríos halógenos del techo. A los pies de la cama encontramos un espejo de cuerpo entero enmarcado en madera. A su lado, un estrecho escritorio, a juego con el resto del mobiliario. Sobre él, la carta del servicio de habitaciones y una lámpara. Bajo él, un minibar con dos botellas de agua fría de cortesía. Al lado hay otra pequeña mesa baja bajo la que hay una fea papelera de plástico gris. La silla de trabajo, a juego con otra ubicada junto a la ventana no resulta demasiado cómoda. Patas de madera y tapizada con una desgastada y sucia tela en tonos grises y verdosos. Cuelga de la pared una amplia televisión de plasma. Junto a la mesa, y a buena altura, hay dos enchufes ocupados por las dos lámparas de pie. Podemos desenchufar una de ellas para conectar nuestros aparatos electrónicos. La pared del fondo está enteramente ocupada por la ventana. Enorme. Sólo un tramo es practicable, pero el resto es cristal y aluminio negro. Aquí, vistas a una instalación industrial, y allí a las vías del tren a una zona sin urbanizar. Toda ella está recubierta de una potente cortina corredera de suelo a techo en tonos marrones, azules y crema. Muy eficaz para cortar el paso de la luz matinal. La insonorización exterior es adecuada, aunque se escucha el paso de los trenes (apenas hay tráfico). La interior podría ser algo mejorable y se oyen los movimientos en la habitación contigua y el pasillo. Aún así, el descanso, ayudado por la comodidad de la cama, se consigue con facilidad.El baño resulta tan grande y generoso como el dormitorio. Aunque igualmente frío y desangelado. El interruptor de la luz está en el interior. Suelo de gres azulado, paredes también en azul, incluyendo el interior de la ducha, con pequeñas baldosas de distintos tonos azulados. El techo, de placas de yeso blanco, acoge dos puntos de luz justo encima de la enorme encimera de mármol. En ella, un lavabo con grifería monomando con adecuado caudal, presión y temperatura, y un potente toallero con dos nuevas, mullidas y generosas toallas de manos. Además, dos vasos de plástico envueltos en plástico y un gorro de ducha como oferta de amenities. En la pared de la derecha, además de dos botes anclados con crema hidratante y jabón de manos, hay un secador de escasa potencia. Por encima de la encimera un enorme espejo de lado a lado y hasta el techo.  A la izquierda de la puerta encontramos, solitario, el inodoro con cisterna. Y al fondo, la cabina de ducha. Suelo blanco bastante resbaladizo y espacio algo estrecho entre la pared y una mampara de cristal que cubre media cabina. Rematada con una moderna grifería metálica de adecuada temperatura y presión pero algo escasa de caudal. Además, anclados a la pared hay un bote de gel y otro de champú con los que uno acaba rozándose al ser el espacio algo angosto. A los pies de la ducha en un toallero anclado a la pared se ofrecen dos enormes toallas de baño, blancas y mullidas con el logo de la cadena, y un pie de ducha de igual calidad.Por la mañana, en el salón de una cafetería ajena al hotel, ubicada en la primera planta se sirve un desayuno buffet. Un enorme salón ofrece dos máquinas de buen café, zumos, aguas, variedad de panes, fiambres y embutidos, jamón, huevos revueltos, bacon, bollería, lácteos, cereales, fruta... Quizá podría mejorar la calidad y presentación de los productos, aunque la simpatía del encargado que atiende el servicio lo compensa.Y desde allí y como ya teníamos pagada la habitación, podemos salir por las escaleras mecánicas directamente a la calle sin pasar por recepción y seguir nuestro viaje.

Calidad/precio: 7.5Servicio: 7Ambiente: 7Habitación: 7.5Baño: 6.5Estado de conservación: 7.5Desayuno: 7.5Valoración General: 7.5