Quiero empezar diciendo que yo al igual que muchos no ondeo ninguna bandera, que esto no va ni de política ni de bandos.
Esto es mucho más, porque muchos respiran hoy, respiran por fin.
Porque la memoria les corresponde a ellos, a los que lucharon por lo que creían y murieron, es de los que masacraron.
Muchos respiramos hoy por todos aquellas historias basadas en hechos reales que nos contaban con lágrimas en los ojos y odio en su corazón nuestros padres/abuelos de cómo asesinaron y arrebataron todo a nuestros familiares.
Muchos pensareis que mirar hacia atrás no es importante que es remover el pasado, pero hablamos de la familia y aún se siente, porque fueron padres, madres, hermanos, hijos los que faltaron toda una vida, no hay mayor dolor que el asesinato y la desaparición.
No hay donde ir a llorarlos, cunetas… fosas…barrancos… muchos de ellos con suerte y esfuerzo encontrados, otros muchos perdidos y otros ya olvidados.
Hoy todos respiramos, el seguirá bajo tierra, sin fiestas ni homenajes, sin monumentos que recuerden lo cruel que fue ese tiempo, hoy nuestros difuntos descansan mejor.
La historia no se puede cambiar pero este final siempre será mejor que el anterior, nuestra historia no cambia pero este ansiado y aclamado final reconforta a generaciones pasadas presentes y futuras.
Desde pequeña crecí con las historias que me contaban mis abuelos, unas buenas, otras malas y otras de auténtico terror, porque la guerra se lo quitó todo, les arrebató lo que más se quiere en este mundo, sus padres, muchos solos desde pequeños y sin nada que llevarse a la boca, sin el calor de una familia que les protegiera, claro que la historia es nuestra, sus lágrimas son las mías, su memoria viva siempre en mi corazón, en la de todas esas familias y todo aquel que abandere la empatía.
En memoria de mis bisabuelos:
Basilio Sánchez Murillo
Gregoria Tena Pereira
Manuel Blanco Cáceres
Maria Josefa Gallego Blanco
Todos ASESINADOS.