Sí quiero leerla, porque soy ciudadano y si es una ley para protegerme, entonces quiero saber qué dice, es más, estoy en mi derecho de exigir y así lo hago, que se me informe del contenido de esta ley que ustedes pretenden aprobar porque sí.
Me amparo en mi derecho constitucional a participar directamente en los asuntos públicos reflejado en el articulo 23 de la constitución.
Este lo es, y además me atañe como ciudadano, puesto que por lo que leo en la prensa, esta reforma no va a mejorar mi seguridad, sino más bien a coartar mi libertad, cosa a la que no estoy dispuesto, porque según podemos leer en el diario 20minutos, las asociaciones de jueces califican esta reforma de “innecesaria”, “autoritaria” y recuerda “a la ley de Vagos y Maleantes o a la Ley de rehabilitación social que existía en el franquismo,con la clara intención de frenar las actuaciones críticas con el Gobierno y no la defensa de la seguridad
, es más, y siguiendo con este diario, aunque podría ponerle los artículos correspondientes de elPaís , elMundo, publico, o laVanguardia y el diario Vasco si lo prefiere. El sindicato unificado de la policia (SUP), también protesta indicando que siendo ellos quienes van a tener que aplicarla, tambíen la desconocen, y solo saben de ella a través de la prensa. Por ultimo la PAH a través de Ada Colau dice cree que esta ley trata de recortar derechos constitucionales y asustar a la población limitando el derecho a protestar. “En lugar de cambiar sus políticas, cambian la ley. Es la actuación desesperada por controlar lo incontrolable, que son los movimientos ciudadanos”.
Así que, y visto lo anteriormente mencionado, exijo, que me sea remitido el borrador de la ley de seguridad ciudadana, para que yo en mi derecho, pueda evaluar si dicha ley es una coacción a mis libertades o una protección de las mismas, y exigiendo que se tenga en mi cuenta mi opinión sobre la misma. Entendiendo en caso de que mi exigencia no sea atendida, que faltan ustedes a mis derechos constitucionales y por consiguiente quedan ilegitimados ante mí, aquel al que dicen representar y a partir de ese instante dejaría de reconocerles como mis gobernantes, si acaso como dictadores.