Parece algo contradictorio, pero lo que me ocurre es que ya no distingo si estoy o no en mi país.
De repente, estábamos como aletargados, como si no supiéramos que estábamos aquí. De pronto, sale el sol, las lluvias cesan, los vientos se calman, los políticos se ponen a sus campañas para las elecciones europeas, aparentemente estamos en este país, pero no.
En realidad es un exilio. Proclaman que Andalucía y Cataluña quieren más dinero, más y 'tú más'.
Desembocan los agravios comparativos.
De repente parece como si la primavera se adelantara y la eclosión de la vida se pone en marcha sin avisar, pero me doy un batacazo (qué mala pata tengo), leo que a una familia le han arrebatado la subvención que tenían por la dependencia que tiene un hijo pequeño por una enfermedad 'rara' y entonces me pongo raro y me siento exiliado y me digo: este no es mi país, no. no lo reconozco como tal.
¿Os imagináis todos exiliados?
Pues esa es la sensación que tengo, aunque reconozca que en el fondo, sea un impulsivo escribiendo.
Creo que sigo en el exilio.