La mañana, la tarde o la noche.
Elegir el momento del día para hacer ejercicio depende, en general, del trabajo, la familia y las otras actividades sociales que desarrollamos a diario. Sin embargo, ¿existe algún momento más propicio que otro para ejercitarnos? Sigue leyendo para que te enteres.
Todos sabemos que es necesario combatir el sedentarismo y hacer ejercicio para sentirnos mejor y mantener un estilo de vida más saludable. Y aunque esto suena muy bien, la realidad es que muchas veces cuesta encontrar el momento adecuado o hacer el tiempo necesario para establecer y mantener una rutina de ejercicios.
Piénsalo: seguramente cuando tienes la intención de hacer ejercicio se te cruzan otras actividades que suelen ocupar tu tiempo, como el trabajo, la familia y las amistades. Pero esto no es más que una excusa. El hacer ejercicio es cuestión de voluntad. Además, puedes invitar a otros a que hagan ejercicio contigo para que ese tiempo se vuelva un momento de compartir y te sientas más motivado/a.
Con o sin compañía, imagínate que ya has tomado la decisión de comenzar esa actividad física que tanto te atrae pero no sabes qué horario elegir. ¿Existe algún momento del día que sea mejor que otro para realizarla? En realidad, no hay una respuesta universal y absoluta a esa pregunta, ya que cada organismo es diferente. El mejor momento para ti, deberás encontrarlo en la práctica.
Cuando Marcela vino a verme preocupada porque le costaba conciliar el sueño, le hice algunas preguntas de rutina en busca de las posibles razones hasta que le pedí que pensara cuándo comenzaron esos episodios. No parecía haber pensado en ello antes, pues se quedó en silencio un buen rato y comenzó a enumerar: no había sido luego de ese disgusto con su jefe ni cuando se enteró de la enfermedad de su tía, tampoco al ver el resumen de la tarjeta de crédito.
Entonces me miró y en voz baja, como si se avergonzara por decir algo que no tiene sentido me dijo: “es raro, pero los días que voy a gimnasia por la tarde, cuando salgo del trabajo, es peor. ¿No se supone que debería volver cansada luego de la clase y dormir como un angelito?”.
Pues no. En efecto, ese puede ser el motivo del insomnio. ¿Te ha pasado a ti también? Si bien no a todos les ocurre esto, no es extraño que realizar alguna actividad física por la tarde o por la noche te desvele. Esto ocurre porque nuestro cuerpo tiene su propio reloj interno, denominado reloj biológico o circadiano, que funciona con ciclos de 24 horas y le envía señales al organismo para que funcione de acuerdo al momento del día. Por eso, por ejemplo, a veces tenemos sueño y otras veces tenemos hambre.
En el caso de Marcela, el insomnio ocurre porque luego del trabajo el organismo comienza a generar una hormona llamada melatonina, que es la que prepara al cuerpo para el descanso o la actividad y encuentra su pico más alto por la noche (provocando el sueño). La actividad física, por su parte, demoraría la producción de esta hormona (y así la aparición del sueño).
Al respecto, por ejemplo, un estudio publicado en el American Journal of Physiology–Regulatory, Integrative and Comparative Physiology en 2003 detectó que, tanto los adultos jóvenes (de entre 20 a 32 años de edad) como los adultos mayores (de entre 55 y 73 años) experimentaron retrasos en sus niveles de melatonina luego de hacer ejercicios durante la noche, antes de acostarse.
Si te sucede lo mismo, quizás el momento del día más indicado para realizar alguna actividad física para ti, sea la mañana. En este caso, hay investigaciones que sugieren que realizarla en este momento del día ayuda a dormir mejor y, de ese modo, a bajar de peso. Otros estudios también muestran que hacer ejercicios por la mañana permitiría realizarlos de una manera más eficiente, ya que las personas tienden a ejercitarse mejor en ese horario.
Por otro lado, hay personas que por la mañana les cuesta mucho levantarse y no se imaginan ni en una caminata paseando a su mascota cuando comienza el día. A ellos se los conoce como “aves nocturnas” y, en general, están más despiertos de noche. Si este es tu caso, ya sabes qué clases debes elegir.
En realidad, no se conoce a ciencia cierta si existe algún momento más propicio para hacer ejercicio que otro. Cada persona es diferente y hay otros factores que también pueden influir, como el estrés, la cafeína ingerida y la cantidad de horas dormidas el día anterior, entre otros. Por todo esto, tú eres quien mejor sabrá qué momento del día elegir para ejercitarte, y la mejor manera es probando diferentes cosas y determinando cuál te funciona a ti.
Si ves que te pasa como a Marcela, trata de escoger un horario más temprano, ya sea por la mañana o durante el almuerzo. Lo ideal es que vayas cambiando el momento hasta que encuentres el que te haga sentir más cómoda(o), para continuar la rutina de ejercicios, pero ¡no abandonarla!
Soy Saludable