El objetivo es que estos tengan el mismo tratamiento judicial que otros altos cargos, como el presidente del Gobierno, los ministros, diputados, senadores y la cúpula judicial; según informaba el diario digital El Confidencial. El Ministro de Justicia decía que el aforamiento “no es un privilegio” para el aforado, sino “un instrumento para aumentar la seguridad jurídica sobre personas que el legislador entiende que deben ser objeto de una tutela”. Y es que en palabras del Sr. Ruiz Gallardón es una disfunción en la estructura del Estado el hecho de que un ministro estuviese aforado y el Príncipe no, por ejemplo.
Pues sí Sr. Ministro de Justicia, pero podrían haber aprovechado para igualar por abajo, eliminando los aforamientos, ¿por qué han de igualar por arriba?, no me conteste que ya conozco la respuesta.
Pero es que además de los aforados que hemos señalado más arriba, también hay que sumar a otros muchos más, como son los parlamentarios autonómicos, el presidente y consejeros del Tribunal de Cuentas, el presidente y consejeros del Consejo de Estado, el Defensor del Pueblo, y los jueces, magistrados y fiscales, cuyos procesos penales corresponden a los Tribunales Superiores de Justicia.
Pues nada, que si en este País no eres aforado no eres nadie, porque vamos, ¡toda la casta está aforada! Y todo para, según el Sr. Ruiz Gallardón, aumentar la seguridad jurídica sobre las personas que deben ser objeto de una tutela, al resto que nos parta un rayo. Pero bueno, habrá que pensar que existen los aforados para garantizar el buen funcionamiento de nuestra democracia y la separación de poderes, habrá que pensar que existen los aforados por nuestro bien. Será eso.