Si en la ciudad que eliges para vivir hacen un evento llamado Expat Day, te invitan a dar una charla y uno es de afuera, uno va. Decir de afuera es lo mas sencillo: definir expat, foráneo, inmigrante, emigrado o sencillamente extranjero trae mas percepciones vagas que definiciones indiscutibles:
HSBC Expat Explorer Survey 2012
- Bárbaro es un término peyorativo griego cuya traducción literal es “el que balbucea”. Aunque los griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el griego y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible u onomatopeya (bar-bar- similar a bla-bla-). Mas simple, se define como extranjero a aquella persona que no forma parte de la comunidad política que se adopta como referencia.
- “El bárbaro labra para nosotros; aquel que durante tanto tiempo nos ha arruinado con sus saqueos ahora se ocupa de enriquecernos.” (declaración romana)
- Pero un expatriado es una persona que, de forma temporal o permanente, reside en un país diferente del país en el que nació. Se usa comúnmente en el caso en que las empresas envían a sus profesionales o trabajadores a sus delegaciones en el extranjero, distinguiéndose así los profesionales cualificados, que son los expatriados, de los inmigrantes o mano de obra extranjero, en busca de empleo para mejorar sus condiciones económicas.
- Alrededor del 40% de los expatriados no consiguen finalizar la tarea asignada en el extranjero, no por incompetencia, habilidades o la tarea en si. El factor adaptación es el que entra en juego. Por eso, se consta la necesidad de una buena preparación para la vida de expatriado.
Si la propuesta de coletilla al Expat Day dice I’m barcelonian (buscando la adaptación de unos con los otros), la cosa se aclara, aunque divida. Barcelona está debatiéndose entre la Barcelona para los barceloneses y la Barcelona como concentrador de talento internacional, como tantas otras ciudades europeas. Barcelona se debate entre los derechos nativos (basados en la pertenencia previa) diferenciada de los derechos de los nuevos barceloneses, frente a la necesidad de tener un modelo sostenible de ciudad de alto coste de mantenimiento. Si Barcelona no fuera Barcelona seria mas fácil de mantener. Si Barcelona no pretendiera ser esa utópica Barcelona, tambien. Si Barcelona no quisiera seguir siendo aquella primera o persiguiendo la adolescente quimera de la segunda, posiblemente no molaría tanto vivir en ella.
Tener un día para los de afuera ofreciéndoles la etiqueta de pertenencia tiene unos objetivos claros como digo. Tal vez en América, la acogida cultural de mixtura sea mejor entendida que la acogida cultural a la romana, por propia definición de identidad nacional. Pero es que en las crisis necesitamos aligerar patrones culturales, quebrar conceptos tradicionales y regenerar expectativas sin base; confrontar pasados reales contra futuros inciertos, creencias improbables y mitos tóxicos.
Después de dos años continuos en procesos de mentoring, veo una realidad, no solo local, sino europea. El temor al fracaso es una realidad patente. Su consecuencia mayor es que nadie quiere fracasar. ¿Parece lógico? No, no lo es. Cuatro cada cinco mentees brillantes, con ideas potentes y sólidos proyectos quedan en el limbo del análisis continuo para no enfrentarse a su primer fracaso. Casi todos los procesos (propios) de mentoring que pasaron de fase han sido por no europeos. Leedlo bien, es un dato real, un avance de un análisis. Balanza de otros lares, con la respuesta complementaria. Colegas mentores malayos con mentees nuestros, colegas argentinos con mentees de aquí y por supuestos, norteamericanos y británicos con talento local.
El expat como revulsivo, ¿es entonces que necesitamos al nómada radical como ejemplo contaminante de la cultura local? Que va, eso seria falta de foco a la vez que una utopía… un expat llega convocado y modera sus diferencias salvo que la convocatoria sea por motivos culturales mas que características técnicas, profesionales o de gestión.
Productor o consumidor extranjero. ¿Es una cuestión de mercado, entonces? Entre inmigrantes, emigrados itinerantes e inmigrados hay un transvase cultural, en varios sentidos, tanto de visiones, de practicas como de expectativas. Por supuesto que de producción y consumo, aunque tampoco es una razón suficiente para explicar cuando funciona como determinante.
Hay grandes promesas que pululan siendo combustibles que no se animan, que temen a las mechas encendidas, que esperan pequeñas llamaradas pero temen una improbable explosión. Ese desconocimiento de la química entre las personas que termina por dejarnos con la sensación de movernos entre zombies envejecidos a los 30 en lugar de vitalistas almas de medio siglo.
¿Lo digital, entonces? A lo mejor aquí caminamos a una síntesis, de ser un cuerpo que sin ser invasor, vírico o absorbente, es sin embargo un detonante, un acelerante, una mecha encendida en un combustible olvidado. Digitalmente todos podemos ser expatriados y todos los expats, ser aceleradores naturales, talento disponible y encontrable.
Como decía Uge días atrás “la eternidad se alcanza trabajando con los más apasionados, no con los más talentosos” . Sumaría que se alcanza con los que te provocan antes que con los que identificas.