Expediente Anwar (G. Hood, 2007) presenta el sistema de encarcelaciones ilegales para someter a torturas y conseguir declaraciones por cualquier medio, llevadas a cabo por EEUU durante la administración Bush, después del 11-S. El guión esconde un pequeño truco que se ha hecho habitual en el cine político -conspiparanoico-. Pero en general, todo resulta verosímil, y nos sirve para visualizar lo irrepresentable, la deriva totalitaria de una administración supuestamente democrática. El sistema de detenciones ilegales sin ninguna garantía procesal, el traslado secreto de posibles sospechosos a cárceles del tercer mundo para practicar la tortura impunemente, el cinismo de la administración y de la clase política. Todo está bien contado y los actores dotan de contenido a sus papeles -M. Streep, J. Gyllenhaal...