Hoy muchos Brasileros se sienten ciudadanos con poder político, tras esta ley; su estrategia ha sido simple: lograr que la solución se convirtiese en algo tan popular y visible que apenas encontrase oposición; y estar siempre alertas para asegurarse de que sus voces eran escuchadas.
Prácticamente en cualquier lugar del mundo, se pueden articular propuestas legislativas para combatir la corrupción gubernamental, y respaldarlas con un apoyo ciudadano masivo, a la vez que plantar cara a aquellos legisladores que intenten bloquearlas. Me pregunto si en España quedarían deshabilitados la mayoría de políticos con una criba de estas.