En la Federación Rusa actual muchos habitantes mantienen la visión de la República Popular China que existía en los tiempos de la URSS aunque hoy las cosas sean diferentes.
Elena es estudiante de Lengua y Literatura china en la Universidad de San Petersburgo, oriunda de Briansk. Como me explicó, el proceso para ingresar en la universidad es complejo, depende tanto del estudio como de las conexiones que uno tenga. Orientada por una visión romántica de la china antigua y talento por las lenguas extranjeras llego a esta carrera.
¿Cuál fue la primera impresión al volver a tu país en relación a China? Me sorprendí como en el interior de mi país predomina una visión de una China muy subdesarrollada, lo primero que me decían los amigos de mis padres es – ¡qué suerte que llegaste viva!
Quienes nacieron en tiempos de la Unión Soviética crecieron sabiendo que China era una nación joven que seguía los pasos ideológicos e industriales de tu país. ¿Es posible que este vivo en el imaginario que China es un “hijo” cultural?Sí, estoy de acuerdo. Pero los que vivimos en China sabemos que es irreal. La primer sorpresa al pasar unos días en San Petersburgo fue observar que ciudades como Beijing o Shanghái tienen sus aeropuertos más organizados que nuestro país y nuestras ciudades y sistemas de transporte están pensados para quienes vivimos y conocemos, no son amigables para un turista. China está hoy más abierta y modernizada que nuestro país.
¿Qué visión tienen los rusos de los chinos en la actualidad?Los estudiantes chinos no son bien tratados en nuestras universidades, por muchas personas son considerados inferiores. Aunque también existe el concepto de que son muy trabajadores.Para algunos, los chinos supieron tomar lo mejor de la URSS y pudieron llevar nuestro modelo a la modernidad con nuevas características propias.
Estas viviendo en Harbin, que fue parte de Rusia hasta comienzos del siglo XX y mantiene hoy estrechos vínculos comerciales, ¿Qué sentiste como rusa al llegar a la ciudad?Como rusa me puso triste ver tantos edificios en la calle principal que se hicieron con inteligencia rusa y hoy son cines o restaurantes, dañándose su estilo tradicional. Me da nostalgia pensar que hubo rusos viviendo ahí. Cuando llegue y vi una arquitectura tan similar a San Petersburgo en esta ciudad extrañe mucho.Por otro lado, toda ciudad tiene su rostro. Cuando llegué esta vez al aeropuerto de Harbin, en el cartel que promocionaba el Festival de Hielo de Harbin hay una mujer rusa y no una china. La cultura rusa es el rostro actual de esta ciudad y chinos de todo el país vienen a ver shows de folklore, comer platos típicos rusos y comprar souvenirs, aunque no creo que ninguno represente la realidad de mi cultura.
¿Qué ha sido lo más difícil de vivir en China y lo más satisfactorio?Lo primero es fácil, odio que me estén observando todo el tiempo. Tampoco me gustan los límites en nuestras emociones. Por ejemplo, una de nuestras profesoras al darnos las notas de la evaluación final, al mejor le dijo que no estuviera tan contento porque podía ser el peor en el siguiente cuatrimestre y a la peor que podía ser la mejor.Lo que más tengo gratitud es la beca con la que estoy estudiando. Además, los chinos son muy hospitalarios y siempre están dispuestos a ayudar a los extranjeros.
¿Qué reacciones tienen en China cuando decís que eres de Rusia?En esta ciudad donde hay más conocimiento me han mencionado palabras o nombres del legado soviético como Lenin, perestroika o camarada. En toda China, especialmente los taxistas me dicen -Aprendimos mucho de la URSS, ¡gracias!, me dicen que las rusas somos lindas, que hace mucho frio, ¡y que tomamos mucho vodka! Pero eso es verdad.