Otro año más las fiestas del Orgullo Gay tiñeron las calles de todos los colores del arco iris entremezclándose para crear nuevas tonalidades.
Miles de personas salimos a la calle a celebrar y apoyar la causa. Muchos se preguntan por qué y la respuesta es muy clara, si todos nos respetásemos sin importarnos las diferencias, esta fiesta dejaría de tener sentido; pero mientras dure la intolerancia, la batalla de colores seguirá estando justificada.
Por tradición, mis amigos y yo vimos el pregón que marca el pistoletazo de salida de las fiestas en la Plaza de Chueca. Este año los elegidos para salir a la palestra fueron Imanol Arias y mi gran admirada Ana Milán, que alzaron la voz en pro de los derechos humanos fundamentales.
Después de las presentaciones y reinvicaciones vinieron todas las demás actividades que ofrecieron a un público heterogéneo lo mejor del género homo. Comenzando por la particular carrera de tacones en la mítica calle Pelayo. Estos son algunos de los participantes
Aquí tenéis el video que grabé en la Carrera de Tacones. Con torcedura de tobillo incluida
Entre tanta fiesta llegó el gran día, el sábado tres de julio, engalanado con sus mejores carrozas. Desfilando y bailando, todos disfrutamos del buen rollo que se palpaba en el ambiente. Orgullosos, dejamos huella en el camino hacia la normalización de las diferencias que nos hacen únicos.
El momento estelar del día estaba a punto de llegar, con los chicos de Fama en el escenario, se dio paso a la gran diva Kylie que dejó el pabellón bien alto con su gran actuación. Éste era el aspecto que tenía la Gran Vía con Plaza de España momentos antes de que Kylie Minogue subiera al escenario.
En general las fiestas estuvieron muy bien, aunque como en todo existen aspectos negativos. Uno de los problemas fue que se unió esta fiesta con la victoria de nuestra selección de fútbol, luego el alcohol hizo el resto. Además la organización en cuanto a limpieza dejó mucho que desear, a penas hubieron urinarios públicos ni contenedores, por lo que se pueden imaginar cómo quedaban las calles cada día. Comprendo quien dice "Orgullo sí, pero no así", ya que no es justo que usemos la fiesta como excusa para comportarnos como aniamles salvajes. Pero una cosa clara, mi mayor enhorabuena a los servicios de limpieza de la comunidad ya que cada mañana las calles amanecían limpias y relucientes, así da gusto residir en el barrio.
Acabada ya la semana, encontré por internet un artículo de un vecino que criticaba la organización de las fiestas dando unas explicaciones que no conocía, puede que os resulte interesante leerlo. Dice así "Este año por las presiones de "unos cuantos vecinos" politizados, chueca se ha convertido en un macrobotellón sin control que ha producido situaciones que nunca se habían producido en el barrio.." Sigue leyendo
Supongo que es más fácil por parte del poder, cuando no quieren dar su brazo a torcer, manejar los hilos desde la oscuridad para salirse con la suya, pisando todas las cabezas que puedan sin importarles los derechos universales de cada uno. Nunca podré aceptar que las manzanas podridas muevan legiones de ovejas.
Y por último una reflexión,
"En el momento que todas las mentes se liberen de la intolerancia absolutista y se alimenten de cultura y respeto, el miedo irracional a lo desconocido que provoca el odio a lo diferente se erradicará de nuestra existencia"