Experiencias de escritores. Teresa Hernández: Sobre autopublicación, calidad y reclamos

Publicado el 05 septiembre 2014 por Macoco G.m. @Macoco_GM

Llevaba media vida escribiendo, tenía los cajones llenos de cuentos y novelas que no habían salido de allí y los (ingenuos) intentos que había realizado para acercarme a las editoriales importantes no habían tenido el más mínimo éxito. Entonces empezaron a aparecer en la red plataformas que permitían al autor colgar tus textos y comercializarlos por sí mismo: Bubok, Lulu…

No lo pensé dos veces y coloqué en ellas dos de mis novelas a un precio de 3 euros el formato electrónico y 15 la versión en papel.

No pasó nada. Pero nada de nada. Parecía que nadie había reparado en ellas.

Bastante desanimada por el poco interés que despertaban, decidí eliminar el precio. Asombrosamente las descargas comenzaron a sucederse a buen ritmo. Luego el problema no era que no las vieran, lo que pasaba es que eran caras. Ajusté el precio a 1 euro, una cantidad ridícula, según mi opinión. De nuevo todo se paralizó. La nada más absoluta se apoderó otra vez de mis libros.

Pero algo sí había pasado al poner de nuevo un precio a mi trabajo. Para mi sorpresa, encontré mis novelas en unos cuantos portales piratas. Alguien se había tomado la molestia de colgarlas allí y una de ellas tenía un montón de descargas y bastantes comentarios favorables.

No lo podía creer. Me enfadé tanto de la cutrería de la gente que retiré todos mis textos de los portales y de nuevo intenté la edición tradicional, solo que esta vez no me dirigí a las grandes editoriales sino a las pequeñas. Y algunas me respondieron; logré publicar así tres novelas.

Las ventas son moderadas, pero tal como está el mundo editorial, no me puedo quejar.

En todo este periplo aprendí mucho, comprendí algunas cosas sobre la edición tradicional, la autoedición y cuál había sido mi error al intentar autopublicarme.

Cuando colgué mis novelas en Lulu y Bubok no tuve en cuenta que en estos portales cabe todo, no existe ningún tipo de filtro, por lo que se pueden encontrar obras muy buenas y verdaderos bodrios. Y la gente es reacia a gastar, aunque sea un solo euro, en autores que desconoce ya que corres el riesgo de encontrarte un texto repleto de faltas de ortografía; también comprendí que nada se vende sin una campaña salvaje de publicidad.

Por tanto la conclusión a la que llegué fue que para triunfar en la autopublicación debía:

  1. Hacerme con cierta fama que me avalara como escritora. Publicar libros en editoriales convencionales está bien, pero también necesitaba algún premio de narrativa.
  2. Tenía que aprender a manejar las redes sociales para dar a conocer mi producto.

Mi experiencia con las editoriales convencionales no ha sido mala, pero son modestas y sus recursos publicitarios están limitados. Por supuesto, tampoco descarto volver a autopublicarme, de hecho lo voy a hacer, aunque esta vez ya será con más conocimiento de causa.

Soy consciente de que algunas de mis obras tienen poco potencial comercial y no son interesantes para una editorial, pero son buenos textos y tienen su público. Estos serán los que cuelgue en mi portal utilizando, probablemente, las capacidades de Amazon.

Pero antes de hacerlo me aseguraré de que están perfectamente corregidas, sin errores. Quiero que el producto acabado sea tan profesional como el que sacan las editoriales. Solo así podrán ser tomados en serio. Y luego a dar mucha lata, intentando recorrer los foros adecuados y no repitiendo demasiado en el mismo, ya que resultar pesado puede ser contraproducente.

Ya os contaré cómo me va…


Teresa Hernández: autora de Crónica de un Adosado, KARA. La Sonrisa Oculta de Venus y La Dama de las Cavernas no tiene Jardín.

Si quieres contactar con ella, visita su blog: www.teresahernandez.webnode.es