Cuando tenemos un hijo pequeño nos abruman mensajes contradictorios sobre las cosas que debemos ofrecer a los niños y de las experiencias que en teoría "deben" vivir. Sin embargo, hoy les comparto estas actividades publicadas en http://www.bebesymas.com/ ideales para niños pequeños, y que particularmente me parecen idóneas, divertidas y una interesante forma de aprender.
Recolectar de la Naturaleza algún alimento. Hay un placer especial en comer algo cosechado por nosotros mismos. Quizá el ajetreo de la vida en las ciudades no nos permitirá darnos este lujo, pero quizá es posible ofrecer en algún momento esta experiencia maravillosa a los niños. Y si tenemos la oportunidad de cultivarlos nosotros mismos en casa o en el jardín, es otra experiencia maravillosa el plantar, regar y cuidar los vegetales para luego disfrutarlos frescos y llenos de sabor.
Sentir la naturaleza. Sentir directamente la fuerza y la diversidad de los elementos de la Naturaleza es emocionante, divertido y educativo. No privemos a los niños del viento en la cara, la lluvia en el pelo. Meter los pies en el río, chapotear en los charcos, oler las flores de cerca, explorar un bosque o montaña, caminar sin rumbo en un paraje natural, etc.
Descubrir animales en libertad. Observar los animales en libertad es una aventura que lleva implícita un gran aprendizaje sobre el respeto a la naturaleza y demás seres vivos. Sentarte en mitad el bosque,playa, montaña e incluso desde la ventana de la casa, podremos encontrarnos con muchas sorpresas.
Trepar por el simple placer de trepar. Con seguridad, pero sin miedo, y acompañados por supuesto si es necesario. A un árbol, una piedra enorme o una montaña. Son actividades estimulantes que pueden realizar los niños más grandecitos.
Comer con las manos. Pues si. Comer con las manos es un placer que no deberíamos prohibir, siempre dentro de las normas y adaptándonos al lugar y el alimento. Es divertido, exitante y reconfortante.
Ir descalzo. Incluso algunos ortopedistas sugieren que en casa deberíamos estar descalzos, sobre todos los pequeños. Pero fuera del hogar también es una experiencia enriquecedora para los sentidos, deberíamos (por supuesto teniendo el cuidado pertinente) dejarles sentir los pies desnudos sobre la hierba y las hojas húmedas, la arena caliente, las piedras del camino o el mar aunque esté fríos.
Estas son algunas de las cosas que los niños necesitan experimentar en su infancia, son propuestas que me parecieron ideales y fáciles, a las que deberíamos acercarlos, en vez de prohibirlas o evitarlas, pues son una fuente de aprendizaje, libertad y diversión maravillosa. Siempre y cuando teniendo el sentido común presente, pues no dejaremos bañar a nuestro hijo bajo la lluvia si está resfriado, o caminar descalzo si no estamos seguros que el lugar está libre de objetos que puedan hacerle daño, por ejemplo.
Fuente:http://m.bebesymas.com/