Experimentando con los calçots

Por Belilo @BeatrizLizana

Cómo comer calçots: “allá donde fueres, haz lo que vieres”

Dicen los maestros del protocolo que nunca sirvas en una comida formal nada que debas comer con las manos… pero dicen que las normas están para saltárselas. Niño no sorbas la sopa, niño no juegues con la comida, niño no eructes. ¿Pero de dónde salen esas normas? ¿De dónde sale ese niño? En Marruecos, si eructas al finalizar la comida significa que ésta te gustó. En Corea, no sorber la sopa es de mala educación. Y es que hay casos en los que el ámbito geográfico de esos expertos en finura está muy bien delimitado.

Como en Cataluña, donde en invierno pringarte hasta los ojos en una barbacoa es de lo más normal. ¿Cómo? Comiendo cebollas.

La particularidad es que los calçots, que así es como se llama este tipo de cebolla, llegan a la mesa quemadísimos y se comen entre amigos. Como ves, la pinta no es nada buena. Lo normal es que te ofrezcan un babero, y en determinados lugares también te darán guantes para no pringarte en exceso. Mi consejo es sí al babero y no a los guantes; el tacto proporciona placer, también en la comida

La forma de comerlos tampoco es especialmente glamurosa: con una mano lo agarras por la parte verde, con la otra deslizas suavemente la primera capa (la quemada) y lo mojas en una salsa especial para este plato, la romescu. Ahora es cuando viene el baile… adelanta el pecho, saca el culo, mira hacia arriba y abre la boca. Puedes ir intercalando los calçots con chorritos de vino del porrón que tendrás a menos de un metro de distancia, pero el paso es el mismo, la cuestión es no mancharse demasiado. Repite estos movimientos, pero no hasta el infinito porque después vendrá la carne asada, y las naranjas, y la crema catalana…

Imagínate: sol, caçots, amigos, vino… En Cataluña, si comes cebolla… fomentas la amistad y el compañerismo, como bien explica Laura Fernández. Pero y si la comida no es entre colegas, ¿cómo conjugar calçots y protocolo? En Mas La Boella se puede, en esta masía de Tarragona, perfecta para celebraciones o reuniones, te servirán este delicioso plato en sus jardines, como si de un cocktail se tratase, y terminarás la comida en uno de sus elegantes salones.

About the author

Me llamo Beatriz Lizana y tengo un trastorno que me requiere vivir en constante movimiento. Tengo el gen de la curiosidad hiperdesarrollado, menos mal que he descubierto que jugando con las palabras y las imágenes logro cierta estabilidad. ¿La cura? El viaje como parte de la vida y este blog como excusa para canalizar esos ataques de curiosidad.

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