El explorador tocó la superficie lunar a las 22:22 del jueves, con lo que dejó su huella en el suelto suelo lunar. El proceso fue grabado por la cámara del módulo de aterrizaje y las imágenes fueron enviadas de regreso a la Tierra a través del satélite de retransmisión de datos "Queqiao", anunció la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA, por sus siglas en inglés).
Lanzada el 8 de diciembre de 2018, la sonda lunar china Chang'e-4, integrada por un módulo de aterrizaje y un explorador, aterrizó en la cara oculta de la Luna el jueves por la mañana.
Debido a que el ciclo de traslación de la Luna es igual a su ciclo de rotación, es una misma cara la que da siempre hacia la Tierra. La otra cara, la mayor parte de la cual no puede ser vista desde la Tierra, se llama la cara oculta o cara oscura porque la mayor parte de ella no ha sido explorada.
Después del exitoso aterrizaje, los expertos verificaron las condiciones del "Queqiao", que significa Puente de las Urracas, el cual fue lanzado en mayo de 2018 para establecer un vínculo de comunicación entre la Tierra y la cara oculta de la Luna, el parámetro ambiental del área de aterrizaje, las condiciones del equipo de la sonda, así como el ángulo de la luz solar entrante para hacer preparativos para la separación del módulo de aterrizaje y el explorador, dijo la CNSA en una declaración.
A las 15:07, los expertos enviaron la orden de separación a la sonda a través del "Queqiao".
Tras recibir la orden, el Yutu-2, ubicado en la sonda, desplegó su panel solar, extendió su mástil y comenzó a conducir con lentitud al mecanismo de transferencia, indicó el Centro de Control Aeroespacial de Beijing.
El mecanismo de transferencia se desbloqueó de acuerdo con lo planeado con un costado tocando la superficie de la Luna, lo que permitió al explorador descender a la superficie por la pendiente.