(Explosión)

Por Dayana Hernandez

Lo único que nos hace diferentes de los animales es que tenemos formas más voluptuosas de expresar nuestro dolor. Todo tiene un origen carente de filosofía, es solo un origen salvaje, del cual en vano he intentado despojarme. Aunque todo parece de un carácter sexual repugnante, no puedo escapar a su influencia, está implícito en toda interacción social y me debilita. Siento deseos de nada y de todo a la vez. La vitalidad es un mito en el presente, no recuerdo cuando fue la ultima vez que realmente la sentí. La sensualidad, si se deja atrás por mucho tiempo muere en la casa de la madre. Aquí, el útero no está calificado, es un universo impronunciable. No se puede ser buena hija y buena amante, no, hace falta la agresividad matriarcal. Mi cuerpo no será mi cuerpo por mucho tiempo, y aun mientras lo tengo, me pregunto, ¿que tiene de especial?

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Mientras tenga preguntas y no haya repuestas continuare escribiendo. ¿Cómo comenzar por el principio si las cosas suceden antes de suceder? ¿Si antes de la pre pre-historia ya estaban los monstruos apocalípticos? Si esta historia no existe, pasará a existir.

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Mi vida mas verdadera es irreconocible, extremadamente interior y no tiene una sola palabra que pueda significarla. Mi corazón se vació de todo deseo reduciéndose al primer y ultimo latido.

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Entonces canto alto y agudo una melodía sincopada y estridente: es mi propio dolor, yo que cargo con el mundo y la felicidad escasea. ¿Felicidad? Nunca vi palabra mas demente, inventada por las nordestinas que andan por ahí a montones.

Clarice Lispector

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