Primero, hemos visto sobre unas cintas pegadas en la pared la inmensidad del tiempo transcurrido desde que apareció La Tierra hasta hoy, y de cómo “lo emocionante está al final”, es decir que la mayor parte del tiempo la vida estaba compuesta por seres minúsculos y que de repente surge y se desborda todo al final de la función.
Las eras se suceden hasta que llegamos al cuaternario y con él a las glaciaciones y al ir y venir del hombre por la geografía mundial en una mezcla de especies que al final desemboca en nosotros. Otras especies de hombre han desaparecido… es lógico pensar que a nosotros nos tocará también. Vemos agrupados fósiles y reproducciones de animales propios de períodos de clima frío y otros de períodos de clima cálido que se sucedían al compás de las glaciaciones y los períodos interglaciares.
Primero vemos las controversias y polémicas que suscitan especies como el pavo real o el ciervo volante cuyas adaptaciones lejos de ser ventajosas son malas para el propio individuo, si bien les brindan un estupendo éxito reproductivo que supera con creces el hecho de ser llamativo a los depredadores o no poder comer con tan grandes mandíbulas respectivamente. Además del término selección natural hablamos de selección sexual. El mecanismo de repartición de recursos que se da entre los barrenillos de los árboles o los escarabajos cerambícidos nos muestran como cada uno se adapta perfectamente al nicho correspondiente permitiendo así la diversidad y especiación a partir de un ancestro común de talla variable. La selección que las aves realizan sobre los caracoles del género cepaea, las estrategias que las plantas utilizan para distribuír sus semillas y coloniozar nuevas tierras.
Vemos también un cuadro con los diferentes tipos de patas y picos de las aves.
A continuación mostramos un cangrejo de herradura y unas hojas de ginkgo, expertos ambos en el asunto de la vida, que llevan millones de años siendo como los vemos actualmente y sobreviviendo milagrosamente cuando el mundo a su alrededor ha sucumbido a catastróficas extinciones.
Cierra la exposición el clásico ejemplo de la mariposa del abedul y el melanismo industrial.