Para variar un poco y aligerar la llegada del viernes, os traemos una pequeña lista de curiosidades sobre el origen y el significado de algunas expresiones populares. Como sabéis, el español es un idioma que no solo tiene un léxico riquísimo, sino que, además, mantiene un gran número de expresiones cotidianas que han calado en sus hablantes. Más que de refranes, modismos o idiotismos, en este caso hablamos de locuciones que, tradicionalmente, han servido para englobar un estado de ánimo, la mala estrella del ciudadano o el cabreo puro y duro del hablante en un momento puntual.
¡Monto un circo y me crecen los enanos!
Tyrion, o Peter Dinklage, un enano de lo más grande.
La expresión recoge en sí misma una idea imposible, que representa hasta qué punto puede llegar el infortunio de uno. De este modo, debe entenderse como una hipérbole que hace referencia a lo mal que pueden salir las cosas, llegando al extremo de montar un espectáculo circense y terminar con los enanos crecidos y la ruina total, puesto que el público no pagará una entrada para ver a pigmeos de tamaño normal. Su uso es, lógicamente, coloquial, y es utilizada para dibujar esa explosión, enfado o desasosiego que provocan los problemas que, a menudo, nos acosan a lo largo de nuestra vida diaria.
¡A buenas horas, mangas verdes!
Seguro que la habéis escuchado cientos o miles de veces y, quizá, incluso os habéis servido de ella. Suele oírse cuando algo necesario o muy esperado ya no tiene ninguna utilidad (por ejemplo, encontrar el vino después de haber comido con agua a regañadientes). ¿Sabéis de dónde procede? Los cuadrilleros de la Santa Hermandad (predecesores de la actual Guardia Civil que estuvieron en activo desde 1476 hasta 1834) eran denominados mangas verdes y tenían la misión de detener y encarcelar a delincuentes y maleantes de un modo similar a cualquier otro cuerpo de seguridad. Sin embargo, criaron la fama de llegar siempre tarde, cuando los forajidos ya habían puesto pies en polvorosa y su presencia ya no resultaba de ninguna utilidad.
¿Quién te ha dado vela en este entierro?
Tradicionalmente, la familia de un difunto ofrecía velas a los asistentes a un servicio fúnebre como muestra de afecto y de agradecimiento por su participación. Las velas debían quedar prendidas[1] durante toda la ceremonia, simbolizando la pervivencia del alma tras la muerte y la vida eterna. De este modo, la expresión denota el desacuerdo con un tercero sobre la base de una falta de autorización para participar e intervenir en el tema que se esté tratando.
¡A la ocasión la pintan calva!
Ilustración de la diosa Justicia.
Esta… es difícil, y una de nuestras preferidas. Se debe a que, como expresión, se trasladó parcialmente desde tiempos clásicos, en concreto, de época romana. Hace referencia a la diosa Ocasión, que se representaba calva casi en su totalidad, con un solo mechón que caía hacia delante y denotaba lo difícil de apresar esos finos hilos del cabello cuando ya había pasado por delante de ti. En otras palabras, la expresión afirma que si ves la ocasión, cógela al vuelo, porque una vez haya pasado te será imposible atraparla.
Adjunta a Fortuna estaba la Ocasión (muchas veces confundida con la misma Fortuna), la cual se representaba casi totalmente calva, con solo una guedeja o un mechón pequeño, ya que una buena Fortuna era entendida como de una Ocasión difícil de atrapar (como es difícil de atrapar de los cabellos a alguien calvo), en otras representaciones Fortuna aparecía figurada de un modo semejante a la Justicia: con los ojos velados o con un timón ya que pilotaba la suerte de la humanidad[2].
[1] El fuego tiene una mayor prevalencia en época clásica, donde se relacionaba directamente con las divinidades; como ejemplo, tenemos el mito de Prometeo. Sin embargo, el Espíritu Santo del cristianismo también se simboliza frecuentemente con este elemento.
[2] Diosa Ocasión. (2013, 10 de abril). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 09:26, octubre 2, 2013 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Diosa_Ocasi%C3%B3n&oldid=66133485.