Extension de la revolución de 1830: alemania y polonia

Por Pedro

ALEMANIA

La revolución llegó a diversos lugares de Alemania: en Bruswick (los revolucionarios lograron expulsar al rey Carlos II), en Hannover, Hesse-Cassel, Sajonia (en estos lugares lograron promulgar constituciones liberales).

Festival de Hambach, 1832. Wikipedia

Aparte del liberalismo, también estuvo presente el nacionalismo unificador. En Karlsruhe, el diputado Welcker reclamó una Asamblea para toda la Confederación. En 1832, con motivo de un acontecimiento cultural en el castillo de Hambach se reunieron demócratas de toda Alemania Occidental, ondearon una recién diseñada bandera tricolor para la futura Alemania unida, reivindicaron reformas liberales y la unificación de los Estados alemanes. "Pero todavía eran pocos los que tenían una idea precisa sobre la formación de un Estado nacional" (Droz)
La falta de coordinación de los movimientos nacionalistas facilitó la reacción de los Estados liderada por Metternich. Todos los logros liberales quedaron abolidos. Hay que señalar que la burguesía se asustó y, ante los levantamientos rurales y urbanos, se contentó con poco con tal de preservar el orden social.
En resumen podemos decir que estos movimiento revolucionarios significaron un fracaso, tanto para liberales (no consiguieron llegar a constituciones estables) como para los nacionalistas (no avanzaron nada en la unificación).


POLONIA


La mayor parte de Polonia fue asignada a Rusia en el Congreso de Viena. La política autoritaria y antipolaca del Zar Alejandro I hasta su muerte (1825) y seguida por Nicolás I aumentó los sentimientos nacionalistas polacos que, muchas veces, encontraron refugio en la sociedades secretas. En este nacionalismo polaco se fueron configurando dos ramas: una moderada que aceptaba al Zar, pero quería más autonomía y otra más liberal que aspiraba a la independencia del país.
Cuando estallaron los movimientos revolucionarios en Francia y Bélgica el Zar se mostró hostil a ellos, incluso pensó en intervenir en Bélgica a favor de Holanda. Fue la chispa que inició la revolución en Polonia, el 29 de noviembre de 1830 se produjo el levantamiento en la Academia de Cadetes de Varsovia ("Revolución de los Cadetes") cuyo objetivo era la independencia del país. La fuerza y contundencia de los revolucionarios (matanza de funcionarios rusos) hizo que el Gran Duque Constantino (el virrey que Nicolás I había nombrado para Polonia) retirase sus tropas. La revolución se extendió por las zonas orientales polacas.
Los revolucionarios proclamaron la independencia de Polonia y constituyeron un gobierno provisional que nombró dictador al general Cholpicki. Éste no deseaba romper con el Zar, pero la Dieta proclamó el derrocamiento de los Romanov. 

A pesar de las simpatías mostradas en los países occidentales por la causa polaca, ningún país les ayudó. Además, la Dieta tampoco realizó las reformas que le hubieran ganado el apoyo de las masas campesinas.
El Zar envió un ejército para someter a los revolucionario, cosa que logró en una campaña relativamente larga (enero - septiembre, 1831). La  represión fue muy dura: ejecuciones, encarcelamientos, deportaciones a Siberia, exilios forzosos, supresión de la constitución liberal que había otorgado Alejanro I en 1815, ocupación militar, anexión a Rusia de los territorios polacos con el tratamiento de una provincia conquistada, cierre de la Facultad de Derecho de la Universidad de Varsovia (el zar consideraba a los intelectuales como los instigantes de la revolución)... En definitiva un duro golpe para las aspiraciones nacionalistas y liberales polacas.

Caricatura sobre la represión de Nicolás I tras la derrota de los revolucionarios polacos en 1830. Fuente: Artehistoria. http://www.artehistoria.com/v2/obras/12413.htm