Nunca he creído en la reencarnación ni nada de eso pero me pareció una coincidencia preciosa. Como si mi abuelita hubiera vuelto de un modo u otro, como si estuviera presente en este momento tan especial de mi vida. Como si le hubiera regalado un precioso regalo el día de su cumpleaños.
Como si la vida fuera un ciclo que termina y vuelve a empezar. No lo sé. Pero ahora, cada vez que celebro el cumpleaños de mi pequeña pienso en mi abuelita, quien nunca conoció a sus bisnietos pero que seguro que hayá donde esté debe esbozar una de sus bonitas y tiernas sonrisas.