Debemos exigirle al Gobierno, al Instituto de la Mujer y a los jueves que cada vez que den noticias de mujeres maltratadas y/o asesinadas indiquen su nacionalidad u origen, porque hay una notable diferencia entre víctimas, si son o no españolas.
Los datos políticamente incorrectos que establecen las diferencias se encuentran por internet desbrozando cifras de todo tipo en el Instituto Nacional de Estadística (INE), y buscándolas con lupa en el Instituto de la Mujer y en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Los números absolutos arrojan un mayor número de nacionalidad española, pues son diez veces más habitantes: 41.739.165 españoles, mientras que los de origen extranjero son, 4.870.487; ambos suman 46.609.652 en el censo del INE de 2013.
Pues bien, el Instituto de la Mujer señala que en 2010 fueron asesinadas 73 mujeres, de las que 44 fueron víctimas de agresores españoles y 29 de extranjeros.
Siendo sólo el diez por ciento los extranjeros, es como si los españoles hubieran matado a casi 400 mujeres.
En 2011, hubo 43 asesinos españoles y 18 extranjeros, en 2012, 39 españoles y 13 extranjeros, y en 2013, 40 españoles y 14 extranjeros.
El CGPJ informó que en 2013 había emitido 34.556 órdenes de protección de mujeres, de las que 23.332 era para españolas y 11.226, el 32 por ciento, de extranjeras.
Las cifras de maltratadas, medidas en porcentajes de 100.000 mujeres, el estándar internacional, señalan que en 2011 las españolas fueron el 117,1, mientras que las nacidas en el extranjero, llegaron a 381,6.
El continente de donde llegan más maltratadores es África, con 518,1 por 100.000 mujeres, y el de menos, 149,8, Asia. Europa, 318,8, sobre todo la del Este, y América, especialmente la Latina, 427,1.
Los españoles son malos, malísimos, pero algo menos.
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SALAS