A las 10:30 de la mañana se abrirían las puertas de la fernandina iglesia de San Lorenzo y el Señor de los Reyes, con un "talit" sobre la cabeza y sin potencias, pisaba el suelo cordobés precedido de un cortejo en el que predominaban los niños, y, con ellos, la alegría. Se inauguraba así una Semana Santa en la que, como todas, nos vemos obligados a mirar al cielo a cada hora que pasa.
Así procesionarían las Penas de Santiago, el Huerto, la Esperanza, el Amor y el Rescatado, pero, tanto ésta última como la cofradía de San Andrés vieron truncada su Estación de Penitencia a causa de la lluvia, teniendo que suspender y acortar el recorrido respectivamente.
Foto: El Día de Córdoba
Saeta Cordobesa