Extravagancias y disparates

Publicado el 13 septiembre 2017 por Rubencastillo

Termino hoy el chocante volumen misceláneo Extravagancias y disparates, de Martin Gardner, en traducción de Jordi Fibla (Alcor, Barcelona, 1993). El tomo contiene una lista casi increíble de historias sobre impostores, paracientíficos, médiums y demás ralea. Y Martin Gardner, con la ayuda de sus múltiples lecturas, de su experiencia científica y de su sagacidad, los va desenmascarando. He de decir que casi siempre me ha convencido (claro está que, en algunos casos, no estaría mal escuchar a la otra parte; o, al menos, saber si las cosas sucedieron tal y como Gardner las cuenta). Pero hay páginas que no me han terminado de aclarar el “fraude”: por ejemplo, el levantamiento de grandes pesos con ayuda de los dedos. Gardner insiste dos o tres veces en que el “truco” está perfectamente explicado, pero yo debo ser algo lento, porque no termino de “verlo”. He hallado también auténticas joyas irónicas (unas escritas por Gardner, y otras que tienen distinta paternidad). Por ejemplo, ésta, donde se ridiculiza la creencia en un Dios que juega confundiendo al hombre: “Tras el Diluvio, Dios tuvo la amabilidad de restaurar las leyes que hoy conocemos y amamos”. O este comentario sobre la fe astrológica de Ronald Reagan y su mujer: “Mi comentario favorito fue una carta de Mel Mandell que apareció en el New York Times (15 de mayo de 1988): “La noticia de que importantes decisiones en la Casa Blanca se basaban en consejos astrológicos es muy turbadora. Los resultados podrían minar la fe en la astrología”...”. En fin. Ratos divertidos sí me ha deparado el tomo, y también la enseñanza de que sólo el escepticismo reflexivo nos mantiene alertas, y suele evitarnos el ridículo.
“Gentry me aseguró que Adán y Eva no tenían ombligo y que los árboles del Paraíso carecían de anillos”. “Los científicos no tienen más arrogancia que cualquier otra persona y, desde luego, mucha menos que los fundamentalistas que cometen el pecado de ignorancia voluntaria”. “Hoy, una gran parte de la población va a la universidad, la ciencia ha dado pasos asombrosos, abundan los libros y revistas populares sobre ciencia y los grandes periódicos tienen redactores científicos de primera clase. ¿El resultado? Casi todos los periódicos publican un horóscopo diario, y los libros de astrología, como los libros sobre dietas absurdas y a veces nocivas, se venden mucho más que los libros sobre ciencia seria”.