“Extravíos”, de Emil Cioran

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Traducción y prólogo de
Christian Santacroce»

Reseña escrita por Ricardo Martínez
https://ricardomartinez-conde.es/

Cubierta de: ‘Extravíos’

Tal vez, tal vez no sea éste el último inédito de que tengamos noticia de Ciorán, pensador prolífico y en buena medida una voz dentro de la conciencia europea contemporánea, por cuanto que el tal pensar prolífico (y fructífero) a buen seguro ocupará, si no un armario tan denso y poblado como el afamado del autor Pessoa, seguro que sí nos propiciará en adelante textos para pensar y pensarnos, para establecer una relación crítica con la realidad, y, por extensión, con la Nada (o esa idea de la nada que bien podría asociarse tantas veces a la muerte) En tal sentido, en la p. 25, el lector tendrá ocasión de asistir a una de tales afinidades con la Nada, a modo de lección –tal como su tono didáctico-sentencioso le solía llevar por los camino de la expresión: “La frivolidad o la renuncia son las únicas actitudes que puede adoptar un espíritu libre de ilusiones. La ‘realidad’ no existe, sino sólo la apariencia o la nada. Uno puede consagrarse a ambas; no necesariamente en serio, puesto que no operamos en el es. ‘Ser’ es un verbo que se conjuga en la irrealidad y que sólo asume su dignidad de sustantivo por la ceguera de nuestro deseo”

El modo casi categórico con el que el autor da la impresión de expresarse en tantas ocasiones, no obstante, pudiera dar lugar a interpretaciones excesivamente condenatorias como especie, mas pienso que no ha de interpretarse tanto su discurso desde un lado apocalíptico sino como una forma teórica de deserción de la realidad, de desconfianza en el futuro; en el fondo, podría o debería entenderse también tal discurso como un perentorio llamamiento a la necesidad consciente de pensar la realidad como algo transitorio, virtual en cierto sentido; una figuración de los instintos que, como especie, nos impelen a defender como supervivencia, y, a la vez, una realidad insustancial y vacua que no nos llevará a lugar alguno donde el resultado sea cualquier tipo de optimismo constructivo.

He aquí, pues, que estamos ante un Cioran en estado puro, de alguna manera repetitivo podrían pensar algunos, si bien la tal o posible repetición no es sino una indagación lenta, penetrante, reiterada en un pensamiento que para él supuso una guía de conducta y comportamiento y que viene a decir, creo: cualquier proyecto de futuro será en vano; si queremos pensar en el futuro, pensemos en el pasado como la única y verdadera realidad a la que como hombres hayamos podido tener acceso. Una rememoración, si cabe, de los famosos versos eliotianos: en mi futuro está mi pasado. Más o menos.

Una lectura ésta, pues, llena de devenir especulativo, de deslumbrante consciencia de ese vago devenir que algunos llaman porvenir. Dicho con las bien conjuntadas palabras de este autor que, para sí, se pensaba como un optimista: “Siento una inmensa compasión por todo lo que existe –y por eso no tengo ninguna esperanza. El hilo del tiempo se devana como el comentario a un suspiro incomprensible. El deseo de vivir es un interminable sufrimiento por el que, sin embargo, soportamos todos los demás sufrimientos”

   Lectura didáctica, pensará más de un lector

Lee y disfruta de un fragmento del libro.

Emil Cioran

El autor:
Emil Cioran (Răşinari, Rumanía 1911-París, 1995) fue hijo de un sacerdote ortodoxo rumano. En 1932 se licencia en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de Bucarest con una memoria titulada El intuicionismo contemporáneo, centrada en el intuicionismo de Bergson. De esta época data su amistad con Eliade, Ionesco y Noica. Leyó en profundidad a Kant, Schopenhauer, Nietzsche y Shestov, entre muchos otros, decantándose por los tres últimos. Entre 1933 y 1935 estudió en Alemania como becario de la Fundación Alexander von Humboldt, donde tuvo ocasión de asistir a los cursos de Ludwig Klages y Nikolai Hartmann. Entre 1936 y 1937 impartió la asignatura de Filosofía y Lógica en el Instituto Andrei Şaguna de Brasov. En 1937 recibió una beca del Instituto Francés de Bucarest que le permitió establecerse en París, donde permaneció hasta su muerte.
Durante la década de los años treinta y hasta 1945 escribió en lengua rumana los siguientes títulos: En las cimas de la desesperación (1934), El libro de las quimeras (1936), La transfiguración de Rumanía (1936), Lágrimas y santos (1937), El ocaso del pensamiento (1940) y Breviario de los vencidos, este último escrito durante la ocupación alemana e inédito hasta los años 90. En 1946 renunció a la nacionalidad rumana y se declaró apátrida. Ese mismo año, mientras traducía al rumano a Mallarmé, decidió adoptar el francés como vía de expresión, siendo Breviario de podredumbre (1949) su primera obra redactada en esta lengua. Entre sus obras en francés destacan Silogismos de la amargura (1952), La tentación de existir (1956), Historia y utopía (1960), La caída en el tiempo (1964) y Del inconveniente de haber nacido (1973). Cioran está considerado un maestro del aforismo, de la paradoja y del fragmento.

El libro:
Extravíos ha sido publicado por Hermida Editores en su Colección El Jardín de Epicuro – No Ficción. Traducción y prólogo de Christian Santacroce. Encuadernado en rústica, tiene 106 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el vídeo de la presentación de Emil Cioran y los libros rumanos publicados por Hermida Editores. Intervienen Fernando Savater, Christian Santacroce y Alejandro Roque Hermida. Modera Luminita Marcu en el marco de la Feria del Libro de Madrid del año 2018.


Para saber más:
http://www.cioran.com/
Emil Cioran en Wikipedia.

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